.08.

989 129 15
                                    


Shōto pasó la mano por la espalda, entreteniéndose especialmente en la curva que formaba su columna. Katsuki se acurrucó en sus brazos y él no pudo evitar sonreír, pues le encantaba el modo en que respondía a sus caricias.

Y entonces se dio cuenta de algo. Katsuki Bakugō le hacia desear ser mejor persona.

Un hombre bueno no le mentiría ni lo engañaría andes de hacerle el amor. Tenía que salir de aquel embrollo. Tenía que poner fin a aquella estúpida seducción.

-Katsuki -dijo olvidándose del falso acento francés- Tenemos que hablar.

Pero él no lo escuchaba, ni siquiera lo oía. Se había puesto de puntillas y le acariciaba la oreja con la lengua al tiempo que apretaba el torso contra su brazo. En pocos segundos. Shōto ni siquiera recordaba lo que iba a decirle. Los más puros instintos masculinos se apoderaron de él y le hicieron echar a un lado sus honorables intenciones.

-Llevo tres días pensando en esto -murmuro él- Estoy preparado para ese beso francés.

Shōto estiró la mano y se la puso en las nalgas para apretarlo bien contra su pelvis. Después bajó la cabeza y lo besó en la boca. Ninguno de los dos cerró los ojos. Shōto pudo ver el rubor que se asomaba a las mejillas de Katsuki y que daba fe de su excitación.

Estaba excitado. Increíblemente excitado.

Le desabrochó la camisa sin dejar de besarlo. Mientras que Katsuki se despojó del pantalón frenéticamente y lo dejo caer al suelo.

Fue una maravillosa sorpresa descubrir que no llevaba ropa interior. Se había preparado para él.

-Eres perverso -susurró él mientras deslizaba la mano por su cadera hasta llegar a su muslo, donde volvió a subir por la parte trasera hasta dar con la humedad de su entrada. 

Katsuki gimió y apoyó la cabeza en su hombro. Con una mano lo agarraba mientras adentraba un dedo de la otra en su entrada y lo sumergía para saborear el húmedo calor de su cuerpo.

Aferrándose a él con ambas manos, Katsuki lanzó un grito.

Siguió besándolo, se sumergía en él con la lengua y con el dedo. Sus gemidos se unieron a los de él.

Él era tan dulce. Le encantaba sentir que ni siquiera podía decir nada porque estaba lleno de él.

Sus músculos le apretaban el dedo haciéndole saber que deseaba más. Lo deseaba a él. 

Era suave y al mismo tiempo tan fuerte que la energía con que se entregaba a él era toda una lección. Aquel hombre sabia cómo vivir. El deseo que sentía por él de ojos rubíes borraba cualquier pensamiento razonable de su cabeza. Con él dejaba de ser hombre práctica y sensato de siempre.

-Más -le dijo con ansia- Más.

Shōto sonrió ante su exigencia, lo amaba por ello. Movió el dedo más y más fuerte hasta que empezó a temblar entre sus brazos.

-Tómame -imploró descaradamente- Tómame ahora mismo, sobre mesa de la cocina.

Lo llevó a la mesa de la cocina, le separó las piernas y se zambulló en él con fuerza que él mismo le había pedido.

Pero lo cierto era que Katsuki deseaba mucho más. Se había apoderado de él la necesidad de sentir su cálido sexo dentro del cuerpo, de absorber la esencia de su virilidad.

-Más -susurró de nuevo- Más.

Lo llevó a un lugar completamente desconocido para él y cuando todo su ser, cuerpo, mente y alma, estaba al borde del precipicio, esperando la explosión del orgasmo...se dio cuenta de algo increíble.

Aquel hombre era un completo desconocido.

Fue entonces cuando explotó.

Él grito al mismo tiempo y su cuerpo se puso rígido. Arqueó la espalda sobre él y, a la luz de la lámpara de la cocina, Katsuki vio que ardía como el fuego.

Jamás había sentido nada parecido a la intensidad de aquel clímax. No podía respirar. No podía pensar. Lo único que podía hacer era sentir cómo se estremecía hasta el último rincón de su cuerpo.

Cayó sobre él y sumergió el rostro enmascarado entre sus cabellos cenizos. Sus cuerpos entrelazados quedaron rendidos. Después de unos segundos, él le paso una mano por el costado, pero seguía sumergido en él.

Desapareció el vacío de la separación. Eran uno solo. Amantes. Aunque fuera tan solo por un fugaz momento. Katsuki le acaricio la boca y después el rostro por encima de la máscara, sintiendo los pómulos por debajo del cuero.

Los segundos pasaron y el silencio volvió a llenarse de deseo, de la impaciencia de sus cuerpos. Katsuki estaba maravillado, sintió que volvía a nacer a pesar del aturdimiento que el provocó sentir que él la daba media vuelta y lo tomaba desde atrás.

Se estremeció y gritó de placer y, en todo momento, él estuvo pendiente; de igual a igual, acompañándolo hasta lo más alto. Después se tumbaron en el suelo y lamió su desde la punta de polla hasta su entrada lubricada. 

¿Qué estaba sucediendo? No quería sentir ese tipo de emociones por él. Sólo quería sexo.

Y entonces  se le pasó por la cabeza algo alarmante.

-Mierda -exclamó apartándose de él- No hemos utilizado preservativo.

-No te preocupes -murmuró él- Hace más de un año que no me acostaba con nadie y me he hecho las pruebas. No soy seropositivo.

Ya no fingía tener acento francés  y había algo en su voz que había encendido una señal de alarma dentro de su cabeza.

-P-Podría estar embarazado -mintió sin saber muy bien por qué.

-Tranquillo -dijo él- No te preocupes, Katsuki. Conozco tus secretos más profundos y tus miedos más atroces.




Ya estamos a sólo un capitulo del final de esta historia, así que de antemano agradecer su apoyo y paciencia por mis historias <3 


¡Muchas gracias por leer!

¡Muchas gracias por leer!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Doble Vida [TodoBaku], ¡Completado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora