Enfrentamiento

47 6 1
                                    

Luego de que las tres fueron corridas del bar, Shizune como pudo eliminó de sus sistema el sake y las cargó a ambas para llevarlas a la torre Hokage donde las acostó en una habitacion donde habia sillones. 

Ambas durmieron profundamente, hasta que la rubia empezaba a roncar y molestaba el tranquilo sueño de la pelinegra quien empezó a moverse inquieta tratando de callar aquel ruido que la molestaba.

Y quien sabe como, con un manotazo que tiró, le dio de lleno en la cara a la rubia quien se removió asustada, mas no abrió los ojos, sino que se movió hasta volver a quedarse dormida.

Cuando ya era de día y Shizune entró a despertar a ambas mujeres que seguían durmiendo, procedió a hacerlo despacio, ya que se encontraba frente a dos mujeres sumamente fuertes, en un despertar abrupto, podía salir grandemente lastimada.

Gracias a Kami-sama, pudo despertarlas sin incidentes, nomas que hubo quejas respecto a dolores de cabeza, lo típico de la resaca, también si esas dos, par de borrachas...

Tsunade tuvo que ir a higienizarse para comenzar a trabajar bajo los regaños de Shizune, y la sayan se tuvo que ir tambaleando hacia el departamento del Uzumaki. 

En donde llegó y en vez de irse a bañar y quedarse levantada, decidió seguir durmiendo, algo que nunca ha hecho, nunca durmió más de la cuenta...

Pero realmente disfruto de eso, y del sentimiento de tener alcohol en su sistema, disfruto pasar una noche con alguien que no fue Bulma, hasta cree que se formó una pequeña amistad con la rubia Hokage. 

Cuando se despertó, ya un poco menos resacosa, se fue a bañar para poder despertarse del todo, y durante su ducha, se acordó toda la situación de la noche anterior y se reía de si misma, a la vez que le dio vergüenza ajena. Se colocó sus vendajes en los pechos, y nuevamente un top azul con el material de su traje, y short que era un poco mas arriba de sus rodillas, botas y guantes, recordó colocarse la banda ninja en la cintura ya que no sabia donde diablos metersela.

Se dispuso a cocinar algo para comer porque moría de hambre,se había saltado el desayuno y su cuerpo pedía comida a gritos. Luego se fue a dar un paseo por los campos de entrenamiento o el bosque.

A paso moderado y hasta pesado se podría decir, se dirigió hasta los campos de entrenamientos.

El primer campo estaba vació, el número 2 igual, pero en el número 3 al cual se dirigía escuchaba mucho bullicio. Dudó en si seguir avanzando o averiguar que pasaba, supuso que todas las mujeres sin importar el mundo son un pocos chismosas porque la pelinegra se dirigió hasta colocarse al lado de un árbol y observar como 2 tipos con trajes verdes y corte de hongo luchaban y se alababan uno al otro.

Mientras que una chica con 2 moños luchaba con un chico de pelo largo sujetado casi por las puntas con una coleta.

-¡Asombroso Lee, el fruto de tus esfuerzos se nota cada día! ¡NO CABE TANTO ORGULLO EN MI PECHO, MI DISCÍPULO!.- El hombre con traje verde que a la vista era mayor se alegraba y dictaba tales palabras mientras peleaba con el menor y a su vez lagrimeaba, Sharotto no estaba entendiendo porque esa aldea estaba llena de gente extraña...

-¡GRACIAS GAI-SENSEI, ES GRACIAS A USTED QUE ENCIENDE LA LLAMA DE MI JUVENTUD!- El menor se conmovió y lloraba a lágrima viva junto a su sensei.

-¿Podrían por favor concentrarse y seguir con el entrenamiento?- Habló la única chica del grupo intentando que los hombres razonen y sean un poco menos raros. Ojala lo lograra.

-Mejor déjalos TenTen, sabes que ellos son así.- Al parecer el único normal de aquel grupo era el chico de cabellos largos y ojos blancos, claro de personalidad porque su aspecto, o mejor dicho sus ojos no son nada normales.

Una Saiyajin en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora