Capítulo ocho

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Después de parar a comprar unos enormes helados en una heladería que hay cerca de la zona del concierto, se sientan las cuatro amigas en unos bancos de madera bastante anchos que hay allí.

 Empiezan a conversar animadamente.

-Entonces, ¿cuánto te debemos cada una por el helado?- pregunta Samara.-No es justo que pagues tú los cuatros, menos aún siendo tu cumpleaños.

-No os preocupéis, invito yo, por la simple razón de ser mi cumpleaños. Vosotras estáis haciendo que tenga una tarde divertida, aunque no se muy bien que es eso que decís que va a ser tan especial e inolvidable, pero aún así gracias porque estoy teniendo un cumple maravilloso.-responde África terminando de comer el helado, que le ha dejado restos de chocolate negro y vainilla por la comisura de los labios.

-Nosotras también nos lo estamos pasando muy bien, y créenos cuando decimos que lo mejor está por venir. Por cierto, te has manchado un poco la boca.-dice Selena, retirándole el chocolate de color oscuro de su boca con el pulgar.-Ya está.

-Guay, gracias. ¿A dónde vamos ahora?- el resto de chicas se miran  y África hace una mueca de no entender que pasa.-¿Hola? ¿Se puede saber que tramais?

-Síguenos. Ven, es por aquí.-dice Sabrina conduciendo a una confudida chica.

 Tras un periodo de caminata, las cuatro se detienen. Sabrina, Samara y Selena se vuelven a mirar entre ellas y Selena saca un pañuelo de una mochila que se había llevado con ella.

-¿Qué demonios estáis hacien...?-intenta decir África mientras que la tapan los ojos verdes muy cuidadosamente con un pañuelo rosa.-¿Qué vais a hacer conmigo? ¿Vais a tirarme por un barranco o algo así?

-¿Qué dices burra? Si por aquí no hay ninguno.-contesta muy divertida la más bajita del grupo, Samara.-Tan solo ten paciencia, pequeño saltamontes, paciencia. Ya verás.

 Tras los gruñidos de África, siguen caminando. La pelirroja puede oír a su amiga Sabrina hablando con alguien. ¿Su hermano? Probablemente. Ahora mismo no puede ver nada, pero eso no significa que no oiga y cada vez está más segura de que habla con su hermano. La repatea mucho que la guarden secretos y no poder hacer nada.

En cierto momento se agobia un poco, ya que empiezan a pasar entre gente, mucha gente, y la mayor parte se quejaba de su paso por allí. ¿A dónde van? ¿Por dónde están pasando? Va a hablar muy seriamente con todos aquellos involucrados en esta historia.

-Venga, que ya casi estamos. Aguanta un poco de verdad.-dice una voz que conoce.-Que os lo paséis bien.

 Y se va. Su hermano David, se va. ¿Es por eso por lo qué hablaba Sabrina con él?

-Oye... ¿Por qué hemos parado? De verdad que yo no entiendo nada. ¿Me podéis explicar qué pasa? ¿Qué hacía mi hermano aquí? ¿Por qué demonios no nos movemos?- En ese preciso instante se desplazan, para alivio de todas, sobretodo de las amigas de África que están desesperadas para que se calle de una vez.

África oye como alguna de sus amigas le da algo a alguien y este a los segundos se lo devuelve. Después avanzan más rápido. Tienen que subir escalones, lo que necesita ayuda de una de sus amigas para no estamparse contra el suelo y recorrer cada uno de esos escalones con su bonita cara.

Tras un largo recorrido, llegan a un sitio con bastante gente y se oye mucho ruido. Les ha costado un poco avanzar debido al varullo y a la hora que era, pero estaban dentro. Lo que no sabe África es donde.

***

-Bienvenidos todos. Os damos las gracias por venir, de verdad. Esperamos que tengáis una buena tarde y que nos divirtamos mucho todos.-dice una voz masculina joven, que resultó ser muy familiar para África. Ella inmediatamente se quita el pañuelo que tapaba sus ojos y ahoga un grito ante lo que ve.

Cinco chicos. Dos con una guitarra, uno con la batería,uno con trompeta y otro en medio con el micrófono. Éste último es el que ha hablado. No es el más alto del grupo, pero para África sí que es el más guapo. Es rubio, no ese rubio casi blanco, sino un colo rubio acercándose un poco más al castaño. Ella lo reconoció, ese era Axel.

 África mira a sus amigas con los ojos empañados y le da a cada una de ellas un abrazo como puede. Ellas también están exaltadas al ver a todos y cantan eufóricas las canciones que van sonando a medida que pasa el tiempo.

Yaron, el más mayor del grupo y que es uno de los dos que tocaba la guitarra, no para de hacer alguna broma entre canción y canción, lo que hace que todo el pabellón (especialmente lleno de chicas) no pare de reírse.

Diego, el moreno de color marrón intenso es el batería. Al final de una canción llamada Seguir Caminando, que hace que Samara se ponga a llorar y las chicas se rían, saca su móvil.

-Venga, vamos a hacernos todos un selfie. Sacad todos la lengua o poned alguna postura graciosa.-las cuatro amigas sacan la lengua y se pasan los brazos por los hombros. Diego le da al botón de su móvil un par de veces y asegura que haya hecho varias fotos. Sonríe satisfecho y vuelve a su batería.

 Al estar todos preparados de nuevo, interpretan canciones del álbum, dos covers y una nueva canción que deja a todos con los pelos de punta debido a las subidas y bajadas que hacían con su voz. El mejor momento es el final, cuando Abel y Leo deciden sacar a una chica que hay en la primera fila y que lleva chillando y desgarrando su garganta desde que ha comenzado el concierto.

 Los dos chicos la sitúan entre ellos y Axel también se acerca a ellos. Leo vuelve con su trompeta y Abel se hace con su guitarra. Entonces, comienza la esperada canción de finalizará el concierto: Viajando en tus ojos.

 El comienzo de la canción es lento, dándole mucha emoción a cada frase de la canción. Pero, a medida que  va avanzando, el ritmo también acelera. La chica morena que estaba en el escenario canta como puede, mientras que le caen  lágrimas. En el estribillo, Axel se levanta y le da la mano a la chica para que también se ponga en pie. Él le retira las lágrimas, lo que hace que le de un escalofrío a África. Por un lado ella querría estar allí, si no fuese porque es muy tímida y le daría un montón de vergüenza estar allí subida con todo el mundo mirándola. Pero aún así sería tan especial estar allí...

Todos los chicos se juntan y empiezan a saltar y cantar muy fuerte en la parte más animada de la canción. Cuando el ritmo vuelve a ser lento poco a poco, ellos le dicen suavemente a la joven en el escenario la frase amorosa que da por título a esa canción. Diego ayuda de nuevo a bajar a esa chica y se despiden.

-Muchas gracias por todo, nos lo hemos pasado genial.-dice el más bajito de todos, Abel.- Ha sido todo un placer actuar por primera, y espero que no última, vez.

-Sois un público estupendo, vosotros hacéis que todo esto sea posible.-continúa Yaron.

 Continuan dando las gracias a todos, patrocinadores, madres por acompañar a sus hijas... Y salen del escenario despidiéndose con la mano. Pero antes de irse, África juraría que Axel la mira antes de salir. "Habrá echado un último vistazo al panorama" se dice para sí. Ella y sus amigas esperan a que vaya saliendo la gente, ya que debido a que están de las primeras van a tener que esperar más a que salga todo el mundo.

Pero antes de poder avanzar un poco más, África siente un mareo y un fuerte dolor en la parte posterior de la cabeza.

Viajando en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora