Sopa de Letras

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Ingredientes: 1 Paquete de fideos de Letras, 1 Litro de Agua, 2 Cebollas, 2 Tomates, 2 Zanahorias, 1 Cucharada de Mantequilla, Tomillo, Laurel, Sal al gusto

Cortamos las verduras y ponemos a cocinar en sartén la cebolla con mantequilla y las zanahorias. Luego de 5 minutos agregamos los tomates. Luego pasamos las verduras a una olla con agua hirviendo otros 5 minutos. Agregamos la sal. Pasados los 5 minutos agregamos los fideos y cocinamos revolviendo durante 9 a 12 minutos. Luego agregamos el tomillo y laurel para acompañar.

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El doctor prendió una luz examinando  en la garganta.

-Más grande.

-Daaaa

Matt comenzó a reírse a su lado

–Dijo mas grande, no que saques la lengua.

-La lengua dentro- señalo el doctor.

-Mmm

-Efectivamente Azul, tienes gripe común. Tendrás que hacer reposo.

Azul y Matt salieron del consultorio del doctor hacia la casa. Azul se veía pálida, tenía ojeras y su garganta parecía quemar. Matt por su parte estaba más que intrigado con la situación.

-Entonces ¿Pasa todo el tiempo?

-Sí, las personas vivas nos enfermamos ¿Tu nunca te enfermaste?

-No lo recuerdo.

-Bueno, no es exactamente un momento memorable. Es más bien molesto.

-¿Crees que podría ver lo que haces mientras estas en casa así aprendo?

-¿Cómo mirarme mientras duermo? ¿Qué diferencia hay con lo que ya haces?

-Supongo que pedirte permiso.

-Buen punto ¿Qué es lo que te intriga?

-El doctor dijo que no podían ver los virus. Yo quiero ver si son invisibles como yo.

-No bobo, son pequeños, por eso no puedes verlos.

-¿Tu como sabes? ¡Jamás viste uno!

Azul rodo los ojos. Discutir con Matt solo iba a hacer que le duela aun más la garganta.

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-Aquí viene el avión- dijo Matt con la cuchara de sopa en la mano.

Azul desconfiaba de la capacidad del fantasma de cocinar, pero se había esforzado. Había estado todo el medio día intentando hacer una sopa para que mejorara.

Miro con desconfianza el plato. Algunas verduras continuaban flotando allí. Los fideos con letras iban y venían. Fijo su mirada en dos letras juntas N-O. Era como si la sopa le dijera que era una mala idea.

-¿Seguro de que está todo bien cocinado?

-Si

-¿Totalmente?

-Si

-¿También los tomates?

-Si

-¿Y si…?

-Azul, Comete la sopa de una vez.

Azul se tapo la nariz y abrió la boca. Matt le metió una cuchara a la fuerza y la miro fijo esperando su reacción.

-Está bien. Esta rica

-¿Lo ves? Estabas siendo exagerada –Matt se levanto de un salto –Punto para el fantasma- dijo orgulloso poniendo sus manos en su cintura.

-¡Matt!

-¿Qué?

-Mira al piso idiota.

Matt se agacho. El plato se había caído cuando él se paro y ahora las letras estaban en todas partes. Suspiro agotado y fue hacia la cocina.

-Voy por el trapo de piso. 

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Más tarde, Azul se encontraba recostada mirando tele tapada cuando la puerta sonó. Azul miro a Matt a su lado.

-Olvídalo. Se supone que vives sola. No puedo abrirla por ti.

-Demonios, cierto- Azul se quito la frazada de encima y fue a la puerta -¿Mirta?

-Oh, lo que nos faltaba.                                

-¡Azul! ¿Cómo te sientes? Acabo de escuchar que estabas enferma y quise venir a verte.

-Estoy bien, solo es un resfriado pequeño, nada más.

-Se te han salido los mocos como si fuera una canilla. No es pequeño para nada.

-¿Segura? ¿No necesitas que te cuide alguien?

-No, está bien Mirta, no se moleste. Vaya tranquila a casa, estaré bien.

-Bueno, cualquier cosa solo avísame Cielo, estaré en el primer piso.

-Si señora.

Azul cerró la puerta y miro a Matt –Estuvo cerca.

-¿Cuál crees que haya sido la segunda intención detrás de cuidarte?

-Lucirse con el portero de lo buena que es conmigo.

-Está casada ¡Casada! Creo que aun no se entero.

-Nop- Azul hizo un gesto raro y tomando un pañuelo estornudo sonoramente.

-Uh genial ¿En ese tampoco se pueden ver los microbios? Parecía grande.

-Eres un asco ¿Lo sabes?

-¿Eso es un no?

Azul lo miro de reojo

-Es un no entonces. ¿Quieres mas sopa?

-Bueno, pero no sobre mi piso esta vez.

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La semana siguiente Azul se sentía de maravilla. Incluso fue feliz a clase. A veces uno necesita estas pequeñas cosas para cambiar su rutina. Y Matt aprendió que si molestas a alguien resfriado te tirara con el pañuelo sucio. Fue una buena semana. 

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