Ilegalidades y planificaciones

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-Y... ¡Tiempo!-

Sonó la alarma y las lapiceras se soltaron, las hojas se intercambiaron, y ambas leyeron en silencio las respuestas. La calma que reinaba en la nave era total, siendo apenas perturbada por el zumbido de las luces artificiales, un gran contraste con lo que era hace unas horas. Rosa cayó rendida en su cama ni bien pego la cabeza a la almohada, aliviada de que ese día estresante llego finalmente a su fin, porque entre recibir recibir ordenes, hacer labores para las que no tenia ninguna preparación y de las que apenas tenia idea, y ayudar a Verde Claro a poner orden en el laboratorio después del impacto de la roca espacial contra la nave, no tuvieron ni un respiro hasta bien entrado el horario de sueño. Asistir a la cena fue algo mas opcional que nada, ya que algunos como Naranja y Azul ni se molestaron con ello y fueron a dormir directo, mientras que los otros no podían decidirse si ir a dormir a la habitación o sobre la mesa de la cafetería.

Lamentablemente para Morado el agotamiento no fue suficiente para que pudiera dormir una noche de corrido, ya que apenas consiguió dormir una hora o dos antes de que Rosa se despertara por sus sollozos. Trató de ahogarlos como pudo, tenia demasiado orgullo para dejarse ver débil, pero no tuvo éxito en ocultarse y finalmente tuvo que aceptar que no estaba bien, y Rosa hizo todo lo posible por consolarla y tratar de aunque sea de devolver un poco de la seguridad y apoyo que ella le dio cuando mas lo necesitó.

-Rosalie Morellan, treinta y siete años, documento...- murmura el numero y Morado asiente -¿El mío te parece correcto?-

Rosa levanta el pulgar y mira la puerta de reojo, como esperando que estuviera entreabierta y alguien estuviera escuchándolas. Sabia que esto estaba mal, iba contra las normas que tan duramente les repitieron durante la capacitación intensiva que habían hecho para este viaje, pero cuando Morado le pidió realizar este pequeño examen, en voz baja como si temiera ofenderla o hacerle sentir que desconfiaba de ella, no hubo nada mas que decir. Era hasta esperable que pidiera algo como esto después de que el alienígena casi la matara a ella y Cian. Estaba segura de que no debía temer por ninguna de las dos, pero esto era sobre dar tranquilidad a Morado ¿No?

Además,  pensándolo mas fríamente, había una posibilidad pequeña de que alguna fuera reemplazada ya que no estuvieron juntas todo el tiempo ni hoy ni los otros días, y realizando esta prueba se la eliminaba por completo. Siempre era mejor un 0% que un 15%

-Todo esta en orden- juguetea con la lapicera nerviosamente -Pero si Rojo nos ve haciendo esto...-

-Será un puto acosador que no tendría ni porque estar acá a estas horas, y capitán o no lo echaré a patadas-

-Si... pero aun así no me gusta- Rosa suspiró -Ya sabes que a mi romper reglas...-

-Lo se, lo se ¡Pero eres tan correcta que llega a ser ridículo! Además ya te dije que una vez que terminemos quemaremos estas hojas y aquí no pasó nada-

Asintió, secretamente aliviada de ver que un poco de su amiga de siempre estaba saliendo de nuevo. Verla temblar, sobresaltarse ante cada mínimo ruido, y aferrarse a su costado tan fuerte que dolía era una visión tan triste y antinatural que le generaba angustia y pánico a partes iguales.

-¿Como que el helado de mascarpone?- Rosa alza una ceja -¿Tu helado favorito no era el de menta granizada?-

-Si, pero cuando probé el de mascarpone pasó a segundo lugar, pero hablando de cosas raras ¿A ti desde cuando te gusta el licor? ¿No era que en tu casa todos eran analcohólicos?-

-Em... sobre eso- se ríe nerviosamente -Me dieron a probar unos chocolates que tenían licor en el centro y me gustaron demasiado, y cuando vi que vendían chocolate y licor en botellas... bueno...-

Impostores entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora