El botón rojo

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La muerte es una de esas cosas a las que tarde o temprano todos tendrían que enfrentarse, especialmente ellos, que por su linea de trabajo están en un coqueteo constante con el segador. Muchas veces a lo largo de los años todos tuvieron al menos una vez el pensamiento de "hasta acá llegamos" cuando los motores fallan, atraviesan alguna nebulosa o lluvia de meteoritos especialmente dura, o estuvieron por ser victimas de la fauna, o la flora en algunos casos, en algún mundo desconocido.

¿Situaciones horribles? Si ¿Algunos llegaron a sentirse muy afectados tras ellas? Obviamente, pero siempre lograron burlar a la muerte, siempre encontraron la forma de salir adelante encontrando secreto consuelo en la creencia que se cuenta también entre navegantes y pilotos sobre que todos tienen un día marcado para morir, pero hasta que ese día señalado por el destino o quien sabe que fuerza superior no llegue nadie puede morir, nadie.

A Marrón lamentablemente le había llegado su día y fue un gran shock para todos, pero... morir no era ni de lejos lo mas horrible de la situación, sino la manera en que el, su mejor amigo, su compañero de copas, el hombre que veía prácticamente todos los días y con el que había compartido tantas cosas tuvo que marcharse de este plano.

¡Por el amor de Dios! ¡Alguien le había arrancado de cuajo la mitad de su cuerpo! Bañando de sangre y demás cosas innombrables el suelo de electricidad.

-¡¿Por que mierda querría matarlo?! ¡El era mi amigo! ¡El...!-

-¡Nadie mas pudo haberlo hecho! ¡Tu ropa esta manchada con su sangre, solo admítelo!-

-¡Me caí! ¿Si? ¡Me caí porque...! Porque...-

Para este punto Naranja sentía que se estaba cayendo de a pedazos y que un ataque de histeria era inminente. Azul iba a volver a gritar, pero Rojo le hizo una señal para que se callara y le dejara hablar a el.

-Naranja, respira- le indicó, dándole unos momentos para tratar de recomponerse -Y ahora cuéntanos todo lo que pasó, no omitas absolutamente nada, mientras mas sepamos mas probable es que encontremos al responsable-

Asintió, tratando de mantener la calma mientras recordaba momento a momento de lo que solo ahora sabia eran las ultimas horas que vería a su amigo con vida.

-Yo... nosotros... est-tabamos en el mantenimiento usual, Marrón cargaba combustible, yo revisaba que las piezas estuvieran aceitadas, y- yo... fui a electricidad para reconectar unos cables que se habían salido, volví y... me... me...-

-Al grano Naranja, o te echaremos de la nave-

-Azul, cierra la boca como te dijeron o quien se ira serás tu- amenazó Amarillo.

-¡Cállense los dos!- Rojo hace un gesto a Naranja para que continúe.

-Le pedí... a Marrón que me... me hiciera el favor d-de...de ¡De ir a buscar una estúpida herramienta que me olvide ahí! ¡Debería haberla buscado yo! Debería...-

-No fue tu culpa, no tenias manera de saber que pasaría esto-

Naranja miró hacia Rosa, la chica con la que casi ni había hablado ayer y aun así estaba tratando de tranquilizarlo. Se lo agradeció en el alma, pero esto era su culpa, si tan solo no se hubiera olvidado ese destornillador ahí, si tan solo lo hubiera ido a buscar el en vez de Marrón, si tan solo...

-Continua ¿Que viste al llegar?-

Dudaba poder olvidar lo que había visto al llegar alguna vez.

-Marrón había tardado demasiado en volver y fui a preguntarle que hacia, escuche un sonido raro viniendo de electricidad, y yo... me acerque, y... y...- tragó -Ahí estaba en el suelo, había tanta sangre y... ¿No... no tengo que describir lo que vi ahí o... o si? No, no creo que pueda...-

Impostores entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora