Una historia de romance un tanto diferente.
Él lo que necesitaba era un abrazo, alguien que volviera a unir sus pedazos rotos.
Ella lo que más deseaba era alguien que la hiciera sentir especial, que calmara sus inseguridades.
Ambos se complementab...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
John.
Luego de haber regresado a casa y explicado a su madre un par de cosas con mentiras incluidas, por fin pudo ir a su habitación a tratar de dormir. Su corazón latía desembocado, pero aun así su semblante prevalecía sereno. El estado de la conocida rubia parecía un tanto incierto, a pesar de las palabras del doctor, el no haber podido verla aun lo mantenía con un mal sabor de boca.
Tomo una ducha para liberar un poco sus nervios, se puso un pijama cómodo y se disponía a leer otro capítulo de su libro pendiente, más sin embargo fue interrumpido por el sonido de varias notificaciones insistentes provenientes de su móvil.
La asiática loca.
En línea.
¡Hey John! ¿Estás ahí?
Enviado 20:00 p.m.
¿Sigues vivo?
¡Contéstame!
¡Hey!
Leído 20:12 p.m.
Escribiendo...
Si aquí estoy. ¿Por qué molestas a estas horas asiática loca?
Enviado 20:13 p.m.
Leído.
No puedo creer que sigas llamándome así.
Enviado 20:14 p.m.
En fin, solo quería decirte que hable con Alessa y ella está bien, se recuperara en un par de semanas.
Leído 20:16 p.m.
¿Qué fue lo que le paso?
¿Cómo fue que te dejaron pasar?
Leído 20:17 p.m.
El doctor mencionó algo sobre una apendicitis, no soy médico así que no pude entender mucho de lo que dijo.
Enviado 20:17 p.m.
Escribiendo...
Pase a verla porque el horario de visitas duraba una hora a partir de las 12:00 p.m. y la enfermera me permitió platicar con ella un par de minutos.
Leído 20:19 p.m.
Me alegro que tu amiga se encuentre mejor, deséale una recuperación exitosa de mi parte.
Enviado 20:21 p.m.
Ahss...
Porque tienes que ser tan frio la mayor parte del tiempo.