Alguien a quien amabas

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Alguien a quien amabas

Estaba tan acostumbrada a estar en tu corazón, que nunca me planteé el frío de otra situación. Estaba tan acostumbrada a hacer brillar tus ojos, que nunca pensé dejar nuestros corazones rotos.

Cuando me vi a mi misma en el frío de tu ausencia, no hubo corazón que me volviera a dejar ver tu misma esencia. Puedo decir con certeza que no te amo, pero mi corazón se confunde con esa declaración al ver como te extraño.

Porque cambiaste, cambiamos...y él antiguo corazón que me protegía esta lleno, sin aquellos recuerdos de cuando nos abrazamos. Ahora estoy hundiéndome, soportando el hecho de que no soy alguien a quien necesites... Aguantando el hecho de que en tu corazón mi recuerdo ya no existe.

Muchas veces sufro y no estás aquí para abrazarme, prometiste arrullarme. Pero somos demasiado orgullosos como para hablar con el otro... Tal vez por eso aveces te odio.

¿Cuándo llegamos a esto? Antes era normal escribirnos cada día un mensaje de texto. Y ahora ni siquiera sé cómo te fue en el día, en la vida... Estaba tan acostumbrada a ser alguien a quien querías, que nunca pensé que me exiliarías de tu vida.

No te quiero en mi vida de nuevo ¿Sabes? Pero muchas veces empiezo a revivir nuestros recuerdos, una y otra y otra vez. Teniendo la esperanza de que el destino nos mintió, y todo es como la primera vez.

Quiero que te vayas, cerrando la puerta, sin dejar razones pendientes ni cuentas abiertas. Te extraño, hasta aveces vuelvo a sentir que te amo... Pero no quiero pertenecer a una historia sin un final feliz.

Me acostumbré a ser una persona que amabas, pero tú no sentiste nada. En este momento ¿Me extrañas? Siento la necesidad de ser necesitada, pero es tan difícil saber si para ti lo soy.

Sentí como la noche sangraba y el sol se llevaba mi alma ¿Dónde estabas? Al parecer ser una persona que no amas me quita por completo de tus obligaciones diarias... Muriéndome, sufriéndote. Todo un siglo se limita a dos palabras.

Estaba tan acostumbrada a ser alguien a quien hablabas, que cuando dejamos de vernos todo se acabó, como si hubieran sido simples frases olvidadas.

A eso nos reducimos, sin frases precavidas ni corazones atrevidos. Al actual mundo en que vivimos, todo era mejor contigo. Sinceramente no te necesito, no eres el aire que respiro, pero sin ti, respirar es apenas un suspiro.

Y los abrazos no los siento con el alma y el corazón. Y las miradas no me gritan mil palabras. Y nuestras manos no juegan a encontrarse para luego escaparse...y mis ojos ya no encuentran a aquella persona que admiraban.

Estaba tan acostumbrada a ser alguien a quien amabas...

Poemas, relatos y otras agonías del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora