Poemas, relatos y otras agonías del corazón

Perdón, pero no eres él

Perdón, pero no eres él

Perdón, pero tú no tienes esos fuertes brazos que me protegieron tantas veces

Perdón, pero tú nunca entendiste la manera en que mis ojos actuaban como otro lo hizo hace meses.

Perdón...pero cada vez que te veo no puedo evitar querer verlo a él, y pensar en todo lo que careces.

Quiero ver su actitud en ti, quiero escuchar el sonido de su corazón en tu pecho. Quiero sentir que somos dos corazones en una fiesta, pero no tenemos un festejo.

Perdón, pero no puedo sentir su tacto cuando entrelazo tus manos con las mías. Perdón, pero su nombre aún está escrito a sangre en mi corazón, en cursiva y con negrita.

Perdón, pero quiero olvidar todo lo que él me hizo sentir. Y me temo que si sigo de pie junto a ti solo lograré lo único que mi cruel alma es buena en hacer. Herir.

Quiero sentirlo a él en ti, quiero asegurarme de que su voz saldrá de tu boca como si este no fuera el fin. ¿Puedes perdonarme? Al menos deja de hablarme, mi corazón mantendrá la pena que él dejó en mí y tú estarás bien en otras manos ajenas.

Porque mis manos solo toleran su fría figura, y creo que será así hasta que se diga lo contrario en mi sepultura. Perdón, pero no eres él, y debo dejar de tenerte fe, como si pudiera convertirte en aquel ser que me dejó aquella fría noche de noviembre.

No lograrás que lo olvide, porque mi alma corrió detrás de él diciendo lo fácil que fue irse. Deja pasar mi agonía en paz, quiero aferrarme aquel amor que quedo esperando en aquella fila. Me dediqué a perderlo, y no quiero castigarte... Porque lo único que nacerá de mí en estos momentos será lastimarte.

Perdona a mi ego adolorido, aún extraña su tacto en mí... Tratando de protegerse a ciegas utilizando en sus ojos un velo. No eres él, y debería dejar de esperar que actuaras tal cual como es. Pero entiende, mis ojos aún tienen la fe de encontrarlo a él cuando necesito consuelo, aun cuando fue él quien dejo a mi alma en un duelo.

Mi arrepentimiento por dañar esto no estará a la altura de mi agonía por querer ir a buscarlo, aunque en mi cabeza se repite que esto es una locura al tratar de ocultarlo. Solo quiero que sepas que aunque mis ojos te miran a ti, mi corazón lo busca queriendo empezar a correr por la persona que una vez nos dejó ir. 

Perdón, pero no eres él, y no puedo seguir engañando a mis sentimientos convenciéndolos de que sentirán el mismo afecto que le tuve a él por ti.