Muerta

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Muerte

Anoche morí en mis sueños, cuando desperté muerta, mis pensamientos eran el reflejo de lo que alguna vez fueron ilusiones.

Hoy desperté muerta, mi reflejo en el espejo se oscureció con las expectativas de mi vida. Mi alma me dejó rota en un cuerpo robótico, esclavizada en una rutina propia de una ilusión incumplida.

Hoy, cuando los demás notaron mi presencia, solo notaron un cadáver que murió por ser cobarde. El cielo se ensombreció y la muerte también falleció, y los bebes dejaron de llorar cuando se dieron cuenta de que a nadie les importaban sus lágrimas...

Solo querían que pararan de llorar.

Y Dios se durmió al ver que la muerte empezaba a reinar. Los muertos ya no tenían sueños ¿Por eso estaban muertos? Si la muerte era un final ¿Cuál era el final de la muerte? La inocencia se acabó, la suciedad reinó.

Las lágrimas se hicieron tan débiles que la sociedad las escondió.

Anoche morí en mis sueños, o mis sueños murieron anoche. Dejando a mis esperanzas en cuidados intensivos y a un corazón sin emitir latidos. Desperté muerta entre nombres extraños y libros raros...

Desperté en la persona que debía ser, ¿Pero y si no sabía ser esa persona?

Mis sueños murieron, mis esperanzas se extinguieron y me convertí en una tímida envoltura de reacciones químicas que perdió en su intento por seguir viva.

Anoche morí en mis sueños, y cuando desperté, me di cuenta de que seguía respirando... Pero seguía muerta, porque respirar y vivir no son sinónimos, es supervivencia.

Poemas, relatos y otras agonías del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora