CAPÍTULO CINCO
El joven está afuera de la Universidad esperando a que llegue Brisa. Está un poco cansado, después de hablar con Brisa ayer a la noche, Cintia se despertó de un sueño que la dejó realmente excitada y se metió en la cama con Lucas nuevamente, y hoy temprano al despertar la sexy rubia le dio los buenos días como sólo ella sabe darlos. Cintia tuvo que ir a la Universidad por lo que el desayuno que le dio Lucas tuvo que ser rápido.
—¡Lucas! —Brisa lo llama del otro lado de la calle, los coches pasan sin cesar por lo que tiene que gritar para que el joven la escuche. Brisa cruza la calle—. Lucas, hola.
—Hola —saluda con voz temblorosa cuando Brisa se le acerca para saludarlo con un beso en la mejilla. Brisa lleva el cabello suelto que se le mueve al compás de las brisas del verano, una musculosa de color rosa con un gran escote haciendo que se le noten mucho los senos, y también un short de jean corto y ajustado haciendo que el trasero se le note bastante—. ¿Cómo estas?.
—Estaba bien —contesta sonriente.
—¿Por qué estabas?.
—Porque ahora que estoy acá contigo estoy mejor —le responde mordiendose el labio inferior. Acordándose del sueño erótico que tuvo con Lucas la noche anterior.
Lucas se ruboriza un poco —¿Vamos?.
—Si, claro —contesta—. No me hagas esperar más.
Ambos caminaron hacia la casa de Brisa que está situada a unas diez cuadras de la Universidad. Se detuvieron unos minutos, unas cuadras después, en una heladería y allí se sentaron a tomar un helado y a hablar un rato para conocerse más.
—Y ¿Cuántos años tienes? —pregunta Brisa.
—Veinte añitos recién —contesta riéndose—. ¿Tú?.
Se ríe —Diecinueve —se acomoda en la silla—. ¿Trabajas?.
—No. No todavía no —responde—, conseguí una muy buena beca, me alcanza para pagar el alquiler del departamento, la comida y las cosas que nos pueden pedir en la UBA, así que gracias a eso todavía puedo estar de vago —se ríe—. ¿Tú trabajas?.
—No, mi mamá me pasa plata, la casa era de mi papá así que en lo único que gastó plata es en la comida y en lo de la Universidad también.
Siguieron hablando hasta que terminaron sus helados, y una vez que los terminaron siguieron su camino. Después de pocas cuadras llegan a la casa. Una hermosa y cuidada casa de dos plantas.
—Y ésta es mi casa —dice Brisa al momento en que entran.
—Wow es linda —dice sorprendido, la casa es grande, completamente amueblada y perfectamente ordenada, tiene living, cocina, comedor y un baño en la planta baja, en el piso de arriba hay dos habitaciones y dos baños, uno dentro de la habitación de Brisa—. ¿Y tus padres?.
—Vivo sola, está es mi casa.
—Ósea que todo esto ¿Es sólo tuyo? ¿Toda la casa?.