Capítulo 41.

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05 de Agosto, 2019.






Di tres suaves golpes a la puerta y esperé paciente a que abrieran. Balanceé mi cuerpo hacia enfrente y hacia atrás levemente. Escuché pasos acercándose del otro lado y plasmé una sonrisa en mi rostro antes de que las puertas se abrieran.

―Hola, Tommy.

Me sonrió.

―Hermosa Elaine Morgan, dueña de mi corazón ―Suspiró con dramatismo, haciéndome reír―. ¿A qué debo tan agradable visita?

Recargué mi peso en una pierna.

―¿Está Lara? ―Pregunté.

Lo vi hacer una mueca y asintió lentamente.

―No ha salido de su habitación en todo el día, ¿sabes qué es lo que tiene? Ni siquiera quiere hablar conmigo ―Se inclinó levemente, su expresión era de preocupación y moderó su voz para hablar un poquito más bajo―. ¿Crees que esté enojada conmigo?

Negué.

―No está enojada, Tommy ―Lo tranquilicé―. No te preocupes por eso, solo son cosas de mujeres.

Asintió no muy convencido.

―De acuerdo...

―¿Puedo pasar a verla?

Se hizo a un lado para dejarme entrar. Colgué mi bolso en el perchero y lo escuché cerrar la puerta detrás de mí.

―Pues si quiere verte, adelante ―Habló―. Su humor está por los suelos, créeme.

Me giré y sonreí.

―Lo tengo bajo control, no te preocupes ―Dije antes de dirigirme a la habitación de mi amiga, aferrándome a la bolsa en donde llevaba botanas.

Hoy Lara me llamó y me avisó que no podría ir. Su tono de voz me preocupó, por más que me haya dicho que estaba bien, había algo raro en su tono.

Estaba apagado.

Triste.

Es raro, no supe nada más de ella en todo el día y al principio pensé que tal vez la regla le había venido, por eso traje comida. Pero ahora con Tommy diciendo que no ha salido de su habitación y que ni siquiera quiere verlo, me preocupa mucho.

Ella no suele ser así.

No es del tipo de personas que se ausente todo un día de su celular o algo.

Sin dar señales de vida.

Toqué la puerta de su habitación y no escuché nada por unos segundos. Volví a tocar, insistiendo.

―Tommy...por favor, solo déjame dormir ―Habló desde el interior; ahí está el mismo tono de la llamada.

―Lastima que no soy Tommy, así que no te dejaré dormir ―Contesté―. ¿Puedo pasar?

―Dije que no era necesario que vinieras, Ellie ―Musitó―. Solo estoy cansada.

―Te conozco, esa no es tu voz cuando estás cansada ―Señalé―. ¿Qué ocurre?

―No ocurre nada ―Se apresuró a decir.

―Lara... ―Advertí.

No está bien, lo sé.

Ya sabes, las mejores amigas presentimos este tipo de cosas.

―De verdad estoy bien, Ellie ―reiteró―. Ve a casa, ¿sí? Nos veremos mañana en el trabajo.

Tomé el pomo de la puerta y lo giré, para mi buena suerte este estaba abierto por lo que entré sin ninguna dificultad. Mis ojos recayeron en su cama, en donde se encontraba ella, hecha un ovillo y cubierta con el edredón de pies a cabeza.

Elaine © [Completo]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora