Paris | Cryde

¡Four!

Puedo vivir en paris.

No me importaría si es para siempre, ahí nada malo pasará jamás.

Podría vivir allí por ti, porque nunca nada nos estorbara y seremos felices.

O podría simplemente caer y volver a ser yo... Pero entonces tendré que explicarlo todo.

¿Cuánto tiempo más?

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–Lo siento papá, llego tarde!– El castaño gritó desde la puerta principal y saliendo de inmediato al finalizar su frase.

Por supuesto que no dejó que hablara con él.

Roger vio el reloj en su muñeca. Eran las 7 am recién. Suspiro.

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–¡Hey! ¿Qué mierda? Llegué primero y aún así me dejan atrás.– Sonrió mientras bromeaba el chico hacia sus amigos. Todos le miraron de forma preocupada.

–¿Qué sucede..?– La mueca de Clyde cayó en una preocupada también, pensando lo peor.

–Creímos que no vendrías... Clyde, ¿Estás comiendo bien?– Token habló mirando los brazos del mencionado, el castaño había olvidado ponerse su típica chaqueta.

Craig suspiró y agarró del brazo al chico, llevándolo a los baños, dejando sin respuesta a Token y a otros dos chicos preocupados.

–Clyde, ¿qué mierda te sucede?– El pelinegro tenía una expresión molesta. Había cerrado automáticamente la puerta tras de si y apretaba sus puños, dejando sus nudillos blancos.

–Y-Yo... – Tragó saliva y trató de crear una excusa rápida, el timbre había sonado, y no parecía que su amigo quería dejarlo salir hasta que le dijera qué le sucedía.

Empezó a ver borroso, se apoyó en un muro, tenía ganas de vomitar y sentía que en cualquier momento se iba a desmayar allí mismo. Sintió un movimiento brusco y su cabeza siendo golpeada hacia el muro, miró al frente viendo a Craig molesto y sosteniendo sus hombros hacia el muro.

–Lo-... Lo siento. Creí que podría ser mejor, creí que así iba a ser suficiente, creí que así te fijarías en mí– Lágrimas comenzaron a salir de los ojos del castaño, el contrario soltó el agarre y el primero se deslizó en el muro, abrazándose a sí mismo y sollozando.

–Lo siento... Tra-Traté de ocultarlo y y dejar de sentir eso... ¡Pero no pude!... Lo siento.– Entre medio de las palabras el chico balbuceaba  y al finalizar soltó un suspiro entre cortado.

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Paris fue atacado.