Paris | Cryde

¡Five!

Es un desastre.
Todo es un desastre.

-----

Habían pasado horas desde el último suceso en los baños. El castaño seguía llorando aún cuando el pelinegro le dijo que se calmara y que hablarían luego.

Entre las clases y los recesos Clyde intentaba huir de Craig, por supuesto no lo conseguía, sin embargo tampoco conseguían hablar de aquel tema. Las palabras no salían para ninguno y lo único que se escuchaba eran los sollozos del castaño.

El llanto incontrolable de éste había llamado la atención de prácticamente todos, obviamente incluyendo a sus otros tres amigos, pero notaron que el tema era realmente delicado y no quisieron preguntar.

A la salida, ambos se despidieron de Jimmy, Tweek y Token, dejándolos que se fueran solos, aún cuando tenían planes como grupo.

–Bien...– El pelinegro habló, sentándose en un escalón para luego tomar su propio rostro al no saber cómo empezar esa conversación, escuchaba los sollozos del castaño a su lado, no quería gritarle pero le estaba colmando la paciencia. –¿Puedes calmarte..?–

Recibió una respuesta negativa, los sollozos del contrario seguían allí, sólo que más bajos y se notaba que trataba de contenerse.

–¿Desde cuándo?– El castaño soltó otro sollozo y ocultó su rostro entre sus manos temblorosas.– Clyde, ¿desde cuándo?–

–H-hace unos m-meses... Lo siento.–

–¿Y desde cuándo has dejado de comer?– El pelinegro pudo ver el labio inferior del contrario temblar. Se sintió mal por verlo así.

–N-No lo sé... ¿2 meses?–

Craig dudó un poco en si consolarlo y abrazarlo o dejarlo así. Pero al final decidió que sería lo mejor, y eso fue lo que hizo. Lo atrapó en sus brazos y sobó su espalda, tratando de que dejara de llorar.

Se sorprendió al sentir como el castaño lo abrazaba de forma fuerte.

–No quise hacerlo... No quise que me gustaras... Lo siento.– Y volvió a disculparse, haciendo que un suspiro saliera de los labios del pelinegro.

–Está bien, Clyde. Cálmate.–

–No debía ser así... Ya no seremos amigos y será por mi culpa.– El nuevo sollozo salió de sus labios y abrazó más fuerte a su contrario.

Y sin darse cuenta, sus labios se encontraban junto con los del castaño.

Todo había sido tan rápido, Craig lo había hecho de forma inconsciente, y de la misma forma, Clyde había correspondido.

-----

Es como el algodón de azúcar en unos labios.