Paris | Cryde

¡Eight!

Ven y escupeme. Es lo que has hecho siempre.

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Mis ojos arden, tengo ojeras y siento cómo mi cuerpo duele. No sé si seguiré aguantando. Me veo del asco, y todos los saben, y todos me lo dicen.

–Hey, chicos...–

Las palabras salieron de forma arrastrada, apenas pude sonreír hacia Token, Jimmy y Tweek. Tú no estabas ahí.

–Oh, hey, Clyde... ¿Quieres?–

Token había comprado tacos, me ofreció, y sabía cuál era su plan. Aún cuando tenía hambre desde hace días, negué. Tú sabías que esto pasaría, ¿no?

Mi vista está tan borrosa y siento que me voy a desmayar. Tengo ganas de vomitar, pero no tengo nada en el estómago, así que la nada misma se devuelve.

Hice mierda mi vida por ti, Tucker.
La agarré y la hice trizas, la dejé irse porque de verdad pensé que tenía una oportunidad, de verdad pensé que podía ocultarlo o que tú también me quisieras. Pero, mierda, soy un inútil. Todos lo saben, y sé que no te sorprende que ahora lo sea.

No he podido dormir
Ni comer
Ni caminar de forma normal

¿Qué mierda quieres de mí?

Paré para poder enfrentarte de una vez. Me tienes vuelto loco con tus estúpidas pisadas detrás mío.

–¿Podrías dejar de ser un estúpido chicle y irte lejos?–

Sentí el sudor, el frío sudor, sin ninguna razón aparente, sentía mi rostro pálido. No me hubiera sorprendido si me hubiera desmayado al darme la vuelta de forma tan brusca.

–Clyde, debemos hablar...–

–Craig, tú sigues con Tweek y eso es genial, el grupo no se ha disuelto, sólo yo me estoy distanciando, me veo del asco pero estaré bien. ¿Algo más?–

Mi al rededor daba vueltas, te acercaste y lo único que pude hacer fue llorar. Llorar de nuevo, aún cuando quise y traté tanto no hacerlo en toda esa estúpida semana.

Quisiste quedarte con Tweek, y eso está bien.
Quisiste besarme, y lo hiciste.
Quisiste preocuparte, y lo hiciste...
Pero te importa un carajo mis sentimientos. ¿Tu cerebro no procesa que así no es como funciona?

No puedes besar a un chico al cual le gustas, que tu novio nos vea y al final y después de todo, sigas con él y AÚN ASÍ me beses como si fuera tu estúpido juguete.

No soy tu estúpido juguete. No quiero serlo.

–No quiero verte, no quiero ser tu amigo, ni tu mejor amigo, ni tu conocido, ni quiero tener nada que ver contigo. Y me importa una mismísima mierda si ahora te pones a llorar por esto, porque tuviste más de siete años de amistad para hacerlo y demostrar tus estúpidos sentimientos, robot de mierda.–

Y lágrimas corrían por tu rostro, y por dios, jamás te había visto llorando. Pero me importaba una mierda en ese momento.

Debió de haberme importado.

–Clyde, por favor...–

–¡No quiero que me hables, ni me veas, ni me persigas, ni siquiera quiero que hables de mi! No soy tu juguete ni lo seré jamás, no soy la segunda opción de nadie. Puede que sea inútil, pero no soy un objeto–

Tomaste mi rostro entre tus manos y tus mares a los lados. Quise golpearte, quise apartarte, pero hablaste. Y me devolviste las esperanzas. Y fui un inútil de nuevo.

–Dejé a Tweek, quiero intentarlo contigo, por favor, Clyde. Se mi novio.–

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Y ahora estoy sufriendo a mares... Llorando a mares, bebiendo a mares...

Señor de los mil demonios, podrías haber dado una advertencia, maldito puñetas...