Diario de Vida

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Veamos por un tiempo, un corto intervalo de tiempo… un pacífico instante lleno de serenidad y nostalgia el cielo tan azul como el agua del mar, tan hermoso y tan claro como un zafiro, tan sereno como los ojos que ya no se habrán desde hace algún tiempo, como los que sonríen felices, como los que ya no le encuentran sentido a las cosas, como los que han llorado por cosas irremediables… y como los que todavía mantienen la ilusión del “y vivieron felices para siempre”.

—Se le solicita al doctor Yoshino en el quirófano—Hablaron los de la directiva por el micrófono que llevaba el mensaje a todos los rincones del lugar.

Esos ojos, que llevan tanto tiempo sin abrirse, esa boca que no se la ha visto reír ni sonreír en mucho tiempo… tiempo, solo eso queremos todos.

Entonces, el hombre de afiladas facciones cerró el libro que anteriormente leía [Diario de una vida-Yuugo Smith] la observó allí, en la camilla, inserte como siempre. Le dedicó una sonrisa mientras soltaba la mano de la mujer que como todos los días, él revisaba que mantuviera el anillo y no se le fuera robado por las enfermeras, así mismo él mantenía uno. Dejó el libro sobre la comida al lado de la camilla y próximo a eso cerró la puerta.

Llegó al quirófano, el escenario no era nada agradable, tenía ya varios años de hacer de oncólogo pero… ver a un conocido en ese estado, claro borra la primera vez. Fué el último de los conocidos de Don en verlo con vida.

Habían pasado tantas cosas y él mismo se sentía como un mero espectador de su vida. En efecto, la cirugía fue exitosa. Cuando hubo terminado su turno, regreso a casa tres días después de salir de ella, era el cumpleaños de la hija de Niguel pero eso sería en varias horas.

Ring Ring

Cómo si su vida dependiera de ello observaba la foto de Emma que siempre mantenía en la chimenea

“-Ollé, en casa quiero una chimenea”

“-Pero si te la pasas de fiesta en fiesta ¿Para qué demonios quieres una?”

“-es para que cuando te vea esperandome a las tres AM en el sofá al menos no te mueras de frío como en el departamento”

Ray sonrió y a la vez se entristeció ¿Cuando tiempo yacía de eso?

»Oye Emma, creo que cuando despiertes amarás las remodelaciones, ahora tenemos ático como querías«, Ray observó solo un corto tiempo más la foto de la chica vestida de novia.

Era una sala repleta de fotos de una persona que hacía mucho no había abierto los ojos…

Ring, Ringggg

Ante la insistencia del que llamaba por teléfono Ray decidió levantarlo.

—Soy…

—Mocoso sé quién eres, ven a casa tu madre está mal otra vez—Dijo el anciano de unos sesenta y tantos años. Ese, como siempre era Yuugo y como siempre sonaba a qué comía galletas.

Ray solo escuchaba lo que decía su padrastro y acepto solo luego de ver la hora en su reloj y calcular su tiempo disponible.

Se dió una ducha rápida y allí, frente al baño volvió a notar ese panorama lúgubre, ciertamente cualquiera diría que su casa era un basurero… y él… él estaba estropeado y estragado en su crisis de los cuarenta, con la barriga que quería salir pero él delgado del resto del cuerpo. Cuando salía observó la cocina ¿Hacía cuánto no entraba allí?

Y mientras iba en su carro, observó nuevamente una foto de la mujer »Hoy es cumpleaños de la hija de Niguel«.

Ciertamente, y no es de negar, que todos en algún punto de la vida no le encontramos ni pies ni cabeza a las cosas y solo queremos rendirnos a todo.

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