Lluvia

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Estaban todos en la mesa, sin mirarse siquiera, en silencio y consumiendo abundantes alimentos, pero sin hacer una mueca de agrado o disfrute aún cuando todo resultaba una delicia, la Loba les observaba, pasando sus ojos claros de Elias el más correcto, hasta Tiharett que engullía la comida y hacía una mueca de desprecio cada vez que ella le miraba.
—veo que dormiste bien sobrino, tienes mejor cara —resonó su voz por todo el comedor
—Pues que te digo , dormir en la cama de mi madre muerta, tampoco me ha sentado mal
—el humor de muerto no está bien visto en la mesa — Anuncio socarronamente Dimitri, su piel morena y sus bucles oscuros parecían, tan desalineado, como un vagabundo adicto al crack.
—Valenka cuánta droga le pasas para el chucho te haga los truquitos
—pedazo de pedante, nosotros ganándonos la vida y tú como un dandi por ahí, pedazo de esco...
—Dimitri—la voz retumbó, pero Tiharett sabía que el no había sentido ni la mitad de su fuerza, su hermano adicto a la heroin en cambio parecía mas atontado de lo normal.
El joven dandi como le habían llamada se sintió satisfecho con aquel saludo, le preocupaba el estado deplorable de su hermano, sus pupilas dilatadas, la gran cicatriz que le corría por todo el cuello y el estado lamentable de su silla de ruedas.
Volvió sus ojos a Elias, que no despegaba su vista del desayuno y que a simple vista era el más normal en aquel trío, vestido con sencillez y son pretensiones, pero sin descuidarse y con el cabello castaño en un corte de lo más común e irrelevante, parecía un muchacho de escuela privada, sus diecisiete años parecían no haberle arruinado esa esencia infantil y desentendida del mundo.
Valenka sin siquiera probase bocado y solo concentrada en los muchachos, parecía finalmente ceder y colocándose de pie pronunció
—Bastian y yo tenemos que hacer unas cuantas cosas, así que hoy tendrán un día libre, pero mañana continuarán con el entrenamiento—dio una pausa con lo que se acercó a la silla de Tiharett, se inclinó y le susurró al oído
—el aprendizaje comenzará mañana sobrino, te estoy dando más de lo que mereces —aunque ella decía las cosas tan suaves como el aire que susurra en las praderas en plena primavera, en todo el cuerpo de Tiharett retumbaron esas palabras de tal modo que sintió como si le fuesen a explorar desde adentro, la odiaba.

Estaba en su nuevo cuarto revisando los armarios, los cuales estaban repletos de la ropa de su madre, había vendido la mayoría de su ropa y el frío afuera de aquel acogedor cuarto era horrendo así que se decantó por utilizar uno de los grandes y abultados de un sorprendente y chillon color mostaza que parecía no haber perdido nada de su intensidad.
Salió del cuarto y se encontró a Bastian quien le esperaba, al lado de la puerta.
—Valenka no está y pensábamos ir un rato a la biblioteca
—a los muchachos no les va a incomodar que esté ahí
—que va — pero sus palabras no parecían tan sinceras sino que tenían cierto deje contrariado
La biblioteca estaba en el primer piso, a Tiharett de pequeño no le gustaba estar ahí pues el monstruo la rondaba seguido, solo se daba la libertad a de recorrer las estanterías, de madera cuando Bastian le veía, ahora ya con unos años más se daba cuenta de que aquel espacio había significado poco o nada en su vida y que desde su los doce años con suerte había leído tres libros.
Elias estaba acurrucado con una gran masa peluda sobre si en uno de los muchos sillones y sillas de colección , Dimitri por su parte anotaba en una libreta con aspecto de haber pasado por la basura, un par de versos de un poema el cual Tiharett no reconocía.
—trajiste al dandi—Arrojo el lapicero mordido al suelo en señal de desaprobación.
Tiharett recogió el objeto y lo dejó sobre la mesa,se agachaba para quedar a la altura de su hermano, ambos estaban mirándose fijamente, sin ninguno ceder, hasta que finalmente Tiharett hizo una mueca de repulsión y se separó rápidamente.
—Apestas muerto
Elias soltó una carcajada y Tiharett sonrió, sabía que lograría volvería  a ser cercano a ellos, no tenía duda. 

Los tiempos de otros Where stories live. Discover now