CAPÍTULO 3 - OMAXIA Y LOS CHICOS.

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Salimos de El Crisol y volvimos a tocar a él timbre de la casa de Simón. Esta vez sólo se oía silencio y después pasos. Nos abrió uno de los chicos si no me equivoco era Pablo. Era guapisimo para que mentir me quedé paralizada al sentir su mirada sobre mí, recorriéndome de arriba a abajo, con sus ojos azules.

-¿Hola?. Nos saludó confundido.

+Hola. Dijímos a la vez Josep y yo.

-¿Josep no?. Preguntó.

+Sí. Respondió.

-Perdona, ¿tu eres?. Me preguntó, mientras nos indicaba con un gesto que entrasemos en la casa.

+Laura, encantada. Estamos en la misma clase. Respondí

-Perdón por no avisar que iba a venir conmigo, le pedí que viniese en el último momento. Explico Josep.

+No te preocupes, vamos al garaje con los demás no creo que les importe. Dijo Pablo.

Entramos a un garaje con un suelo de cemento y las paredes de ladrillos grises. Había altavoces, bajo, guitarra, batería y un micro. Estaba decorado con un póster de Extremoduro, una tela negra con el logo de marea y algunas cosas más. Había un sofá y una mesa con agua. Además de varías cosas esparcidas como móviles, mochilas, llaves...

-Ey, ya ha llegado nuestro guitarrista y no viene solo. Hoy tenemos público así que compotaos desgraciados. Dijo Pablo.

+Eyy, ¿cuándo me he portado yo mal? Le respondió Simón.

-¿Cómo que guitarrista, si ni siquiera le hemos escuchado tocar? Soltó un chico rubio desde un rincón rodando los ojos y cruzándose de brazos.

+Perdonad, al imbécil de Brandom, es que seguro que anoche lo rechazó alguna y le he dañado el orgullo. Este era Pablo.

Yo estaba detrás de Josep en el umbral de la puerta, y me dieron ganas de volver por donde había venido se podía cortar la tensión con un cuchillo.

-¿Quieres que te dañe a ti la cara, gilipollas?. Amenazó Brandom acercándose peligrosamente a Pablo.

+¿Queréis dejad de comportaos como orangutanes territoriales?. Dijo Simón metiéndose en medio de estos para evitar, que se enganchen a hostias.

-Yo soy un ser racional. Sentenció Pablo y se dirigió hacia el micro.

+Ya, esto no queda así. Respondió Brandom mientras cogía el bajo y lo preparaba todo para tocar.

-Bueno, después de este percal. Josep perdona por el espectáculo, porfa coge la guitarra y enseñános lo que sabes hacer. ¿Laura, verdad?, siéntate como si estuvieses en tu casa. Terminó Simón.

+Vale, muchas gracias. Respondí nerviosa y me senté en el sofá.

-A ver vosotros dos venid aquí cada uno a un lado del sofá castigados, ¿Laura te molesta hacer de barrera humana?. Preguntó Simón con una sonrisa leve, pero notoria.

+Mientras salga ilesa no me importa. Respondí sonriendo y mirando a ambos.

-Ya verás como hasta le coges el gusto a estar aquí con estos chalados. Me dijo Pablo mirándome a los ojos, podría decir que me sorprendió, pero me dejó paralizada verlo tan de cerca.


+Este capullo y yo estamos así siempre. Pero en el fondo le tengo algo de aprecio. Dijo Brandom sonriendo y arqueando una ceja.
Mientras hablámos Josep y Simón ponían a punto el equipo para que le escuchásemos tocar.

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