༒ SEVEN ༒

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- ¡Hyung! ¡Por fin llegaste!

- Házte a un lado Renjun, me duele la cabeza.

El mayor aventó al sofá su portafolio, así como también aparto al pequeño de sus brazos, a Renjun le dolía que se comportara de esa manera, a veces Yukhei tenía un humor bastante pesado, pero entendía que siempre estaba trabajando para poder comprarle todo lo que le pedía.

- Entiendo... No lo molestaré más...

Con su mirada gacha fue a la habitación de Yukhei para guardar todo lo que había preparado para el, sabía que al finalizar la semana estaba muy agotado y lo quería compensar, aunque está no sería la ocasión, el mayor mientras se quitaba su saco y corbata escucho cadenas resonar, cosa que captó su atención, se dirigió a la habitación curioso y encontró a Renjun descolgando las cadenas que Yukhei solía usar para "jugar."

- ¿Preparaste esto para mí?

- Hyung, por favor useme, tome mi cuerpo y haga lo que quiera con el.

Se echó a llorar contra sus pies humedeciendo sus costosos zapatos de cuero, el más alto apreciaba cuando se humillaba de esa manera, no cualquiera toleraba sus tratos, por lo que se agachó para tomarlo en sus brazos como un bebé, secó sus lágrimas con las mangas de su camisa y ató sus muñecas con las cadenas que colgaban del techo, llevó el borde del gran suéter del menor y lo llevo a sus labios, Renjun de inmediato lo capturó con sus dientes, dejando a la vista su escuálido cuerpo, sin ropa interior, pues había esperado con ansias a su Hyung y quería estar listo.

- Deberías mirarte en estos momentos, das asco. Lloras y lloras suplicando para que te deje en paz, más sin embargo, aquí estás, rogando para que te folle, que lastima.

El castaño tomó una vara de acero cubierta por cuero, en el aire las piernas de Renjun temblaban, así como su pene crecía y se endurecía de solo ver el grande cuerpo de Yukhei caminar a su alrededor, inspeccionando que parte debía golpear, sin aviso previo, alzó la vara en alto y azotó sus costillas provocando que el menor se retorciera en lo alto de la habitación, ahogando su llanto en el suéter que tenía entre sus dientes.

- La última vez tuve que llevarte al hospital, ¿Me harás pasar por esa molestia de nuevo?

El menor sabiendo que eso no quedaba en sus manos, negó con la cabeza jurando en su interior que estaba vez aguantaría, que sus huesitos no serían débiles, que de su boquita no saldría la palabra clave y que sus ojitos se mantendrían abiertos, no iba a desmayar.

- Eres mi putita preferida.

Relamió sus gruesos labios anticipando el golpe que fue directo al rostro ajeno, la cabeza de Renjun cayó rendida, pero como lo juro hace segundos atrás, abrió sus ojitos y miró con ojos suplicantes al castaño, pero ojos suplicantes por más.

Luego de una pesada ronda, de golpes y una buena follada, en la que la entradita del menor fue desgarrada y se encontraba sangrado, desató sus muñecas dejandolo caer contra el suelo como una bolsa de basura, siquiera podía moverse.

- ¡De pie!

Gritó furioso, pateó su estómago con fuerza y Renjun solo pudo toser al ser sofocado, aún con escaso aire en sus pulmones y sus brazos debilitados al sostener el peso de su propio cuerpo al ser usado como un vil saco de boxeo, trató de ponerse de pie, sus piernas flaquearon en el intento, por lo que se desplomó en el suelo, de nueva cuenta iba hacia su cuerpo un puntapié, cerró sus ojos con fuerza y exclamó:

- ¡Yukhei detente por favor!

Su garganta había sido completamente desgarrada con ese último suspiro, era la palabra que solamente podía regresar al mayor a su sano juicio, como si se transformará en una bestia, como si no tuviera conciencia, Yukhei cayó sobre sus rodillas maldiciendóse a si mismo >>¿Hasta cuando podré parar?<< Cargó el cuerpo de su ángel y preparó la tina con agua caliente, era la parte favorita de Renjun, cuando su rostro reposaba en el húmedo y desnudo dorso de su Hyung, sin golpes, solo caricias y atenciones a sus heridas.

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