Yukhei no pudo dormir, vigiló la habitación que había prestado al menor toda la noche, rondando por la puerta mientras fumaba cigarrillo tras cigarrillo, hasta que finalmente quedó rendido en el pasillo.
- Ah... Bue-Buenos días...
Susurró bajo el menor una vez despertó usando una de las grandes camisas del más alto, tocó temeroso su mejilla ¿Aún estaba vivo? De pronto la grande mano del contrario lo apartó de su rostro mirándole algo asustado.
- ¿Estás bien? ¿Pasaste frío? ¿Tienes hambre?
Se levantó de inmediato acunando su rostro verificando que todo estuviera en orden con el, cosa que hizo a Renjun sentirse protegido, como se sentía hace años cuando estaba con el.
- ¿Tu estás bien?
- Sólo fuí víctima de la mezcla de diferentes sustancias adictivas las cuáles se robaron de mi capacidad para conciliar el sueño luego de una pesada y larga, larga ronda de baile.
Ambos rieron, Renjun lo recordaba tal y como lo había recordado siempre, diciendo palabras que a su edad no podía comprender, pero ahora podía continuar con su conversación.
- Entiendo, así que es por eso que el insomnio te hizo caminar como un velador largas y largas horas fuera de mi habitación ¿O me equivoco?
- Estás en lo cierto. Tan cierto como que necesitas un baño.
Bromeó olfateando su cuello para luego hacer un gesto de desagrado en su rostro, claramente fingido pues su ser se inundó de ese característico aroma que emanaba el menor.
- Al fondo a la derecha, prepararé algo para ti y, puedes usar la ropa que te sea útil.
El más alto se dió la media vuelta y se dirigió a su cocina, Renjun curioso se asomó por las habitaciones, era muy grande como para que viviera solo, al menos le alegraba que tuviera algún trabajo lo suficientemente elegante para poder pagar un departamento así, el baño incluso parecía uno de revista, así que se dedicó a tomar una caliente ducha, para estar limpio para su mayor. Mientras tanto Yukhei averiguaba como encender la estufa, mirando tutoriales en internet de como preparar hot cakes, habían quedado un... Poco quemados, pero estaba orgulloso de su trabajo.
- La llama se baja una vez el sartén está caliente.
- Demasiado tarde, tu desayuno está servido.
Miró el más alto por encima de su hombro al menor parado en el pasillo aún en toalla, para ser honesto el desayuno se veía muy bien a la distancia, le parecía tierno que el más alto haya cortado un par de frutas para decorar, tomó asiento y espero que el más alto hiciera lo mismo para poder comer juntos.
- Hyung... Te extrañe.
Apretó sus puños sosteniendo los cubiertos comenzando a llorar, característico de Renjun hacerlo, su respiración se comenzaba a descontrolar al no poder vocalizar bien para el contrario, sabía que le desesperaba que tartamudeara tanto, cuando en realidad Yukhei adoraba ese habla tan infantil.
-... Pensé en ti, cada día, creí que me olvidarías, creí que...
Sus palabras y sollozos fueron callados por los carnosos y suaves labios del castaño, había extrañado tanto eso de el, no iba a mentir, no iba a negar que nadie más lo volvió a tocar después de el, adoraba sus manos aún no las haya sentido sobre su cuerpo por cinco eternos y turtuosos años.
- Jamás te olvidé Renjun. No deje de ir al parque, no perdí la esperanza de verte llegar algún día, con tus saltos tan encantadores y tú sonrisa tan deslumbrante. Jamás te olvide.
Yukhei se prometió a si mismo no volver a llorar como un niño desconsolado, pues en su ignorancia era un signo de debilidad, pero está vez no lo pudo evitar, era débil, era débil ante Renjun.
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Tú petición es mi deseo.
FanfictionFanfic basado/inspirado en mi primer personaje de fakeland. Por respeto a los involucrados únicamente será empleado su f.c. , además de sufrir algunas alteraciones en las edades, tiempos y espacios para poder llevar un orden lógico en el desarrollo...