Los truenos aumentaban por momentos mientras yo yacía en la cama, sin poder dormir y sin parar de dar vueltas en ella. No encontraba razón alguna que provocase tal insomnio en mí así que decidí ir a la cocina a por un vaso de leche, no pensaba que ese vaso fuera a hacerme entrar en un estado de sueño profundo pero sí la idea de levantarme y así salir de aquella cama que solo me alejaba más de una noche corriente y tranquila.
Atravesé el largo pasillo que hay de mi cuarto a la cocina mientras escuchaba el molesto chirrido de la madera al pisar sobre ella, sin encender ninguna luz por miedo a despejarme aún más me dirigí a por el ansioso vaso de leche cuando me percaté que aquella mañana me había quedado dormido y no había recogido la leche como es habitual en cada mañana. Sin nada caliente que beber, avancé hacia la ventana situada entre el fregadero lleno de platos sucios y aquella figura que mamá compró en un mercadillo de segunda mano que le hizo gracia por el simple hecho de ser un gato con gafas para ver que se cocía por las calles aunque no era de extrañar que no hubiera nadie siendo las 2 de la madrugada pero allí estaba la hija del vecino despidiéndose de su novio el cual la acababa de acompañar a casa en aquel coche que posiblemente tuviera más cariño hacia el que hacia cualquier otra persona, sé muy bien quien es, se llama Eduard Melt y voy con él a clase desde la infancia aunque dudo que sepa de mi existencia, nuestro círculo de amistades es muy diferente por no decir que mi círculo de amistades no es lo que se dice muy amplio.
Me quedé observando la situación que acababa de pasar; Mi vecino acababa de despertarse por el ruidoso escándalo que producía aquel coche y por sus gritos creo que no tenía ni idea de la existencia del nuevo amigo de su hija ni de que ella estaba fuera. Me rio por dentro al presenciar tal bochornosa situación que acababa de presenciar y que había hecho por un momento que me olvidase de que mi propósito era el de conciliar el sueño y no despejarme aún más. Cierro la ventana ya que no quedaba huella de lo que acababa de ocurrir afuera y me dirijo a mi cuarto con la idea de intentar dormir cuando de repente oigo que algo cae y se rompe detrás de mí, me giro en uno de esos movimientos acto reflejos que nunca sabes lo que vas a encontrar y observo que un vaso de la pila que había en el fregadero se había caído al suelo y se había convertido en mil pedazos. Hasta ahí todo era normal pero no encontraba sentido a que aquel vaso se hubiera caído si acababa de estar y no había tocado aquella pila de vasos y platos sucios y acababa de cerrar la ventana por lo que no había ninguna corriente de aíre. No es que tenga miedo, yo soy un chico bastante valiente si no fuera por el hecho de que me encontraba solo en aquella casa en la que de repente se caían vasos porque sí.
Mis padres habían ido juntos con mis dos hermanos a pasar unas semanas a la casa de mis abuelos situado al sur de Blouston en medio de ninguna parte, solo campo y un pequeño estanque en el que solía bañarme cuando aún no estaba lleno de residuos y todavía era potable, a unas 4 horas de aquí en coche. Decidí no embaucarme en aquel tentador viaje ya que preferí quedarme solo en casa y así poder terminar tranquilo aquella maqueta de un F-117 Nighthawk en la que tanto me había esmerado y en la que pasaba tanto tiempo trabajando que ya se me había olvidado que hacía antes de construirla. El hecho de quedarme para seguir con la maqueta no era más que una excusa para no perder dos semanas de mi vida en aquella casa vieja, oliendo a todo tipo de excrementos de animales por no comentar la idea de que algunos viven dentro de la casa.
No era la primera vez que mis padres me dejaban solo en casa tantos días, sé valerme por mí mismo y cuidarme sin necesidad de que nadie lo haga pero eso no quitaba el hecho de que rondara por mi cabeza la idea de que ese vaso no se había caído solo.
Asustado me pongo a pensar en recoger todos los trozos de aquel vaso pero me pongo a mí mismo la excusa de que estoy descalzo y podría clavarme un cristal en el pie así que con el paso un poco acelerado me dirijo hacía mi cuarto, cierro la puerta y pienso en que es una tontería que esté asustado por aquel suceso ya que antes de acostarme me había asegurado de cerrar bien todas las puertas y ventanas. Me meto en la cama y me tapo hasta arriba como si de un escudo se tratara para protegerme de todo el exterior aunque la incesante tormenta que azota mi ventana solo empeora la situación y si antes no podía dormirme creo que ahora mucho menos. Decido cerrar los ojos y relajarme hasta que pasadas unas horas y cuando la tormenta ya parecía estar acabando, por fin conseguí dormir.
A la mañana siguiente y como si todo el miedo de la noche hubiera sido fruto del insomnio, me levanto a desayunar con el propósito de salir a comprar al mercado más tarde ya que apenas me quedaba comida suficiente como para pasar el fin de semana cuando al encontrarme frente a la cocina me encuentro que los trozos de vaso seguían ahí pero también un charco grande de sangre los acompañaba.
Corriendo me dispongo a asegurarme que todas las ventanas y puertas están cerradas pero no me encuentro ninguna abierta ni forzada. No tengo animales en casa ni hubiera posibilidad alguna de que pudiera entrar alguno a la casa así que descarto esa idea con la que solo me lleva a pensar que debe de haber entrado una persona en la casa mientras yo estaba acostado y al parecer no ha venido a robar ya que todo estaba en su sitio y no creo que entrara a robar a la casa más vieja del vecindario habiendo algunas muchos mejores.
El miedo y la confusión no me dejan ver que el charco de sangre no está solo y le acompañan unas manchas en forma de huella que me doy cuenta cuando quiero recoger aquel desastre y terminar con esta historia. El hecho de percatarme de las huellas hace que me crea mucho más la idea de que alguien había entrado mientras dormía, las huellas salían de la cocina y se dirigían hacia el pasillo donde están todas las habitaciones pero las huellas van perdiendo fuerza y apenas puedo seguirlas cuando van por la mitad del pasillo hasta que consigo ver con dificultad que un pequeño rastro de sangre se encuentra situado en la puerta de mi habitación y de ahí parecen desaparecer.
No sé si es por el hecho de que se percatara de que estaba yo en la casa y por eso se marchó o si llegó a entrar en mi habitación y posiblemente podría haberme observado mientras dormía. Registro toda la casa de arriba abajo en busca de algo que me aporte tranquilidad sobre lo sucedido pero esas son las únicas pistas que hay. Lo más sensato en este caso sería dejarlo todo en manos de la policía, ellos se encargarían de esto y con suerte encontrarían a la persona que entró en mi casa mientras dormía pero la policía de Dickens no son de fiar por no decir que no creo que se puedan confiar en ellos, solo están a tu disposición si tu propósito es invitarle a una fiesta llena de comida y alcohol. En ese momento suena el teléfono, es mi madre que llama para avisar de que llegaran al día siguiente ya que necesitan a mi padre en el almacén para arreglar algunos desperfectos que ocasionó la tormenta de la pasada noche. Esa idea me tranquiliza mucho pero aun así esta noche tengo que pasarla también solo y sabiendo que pueden entrar no será una de las mejores noches.
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Noches de verano
Mystery / ThrillerTodo comenzó una noche tranquila en la que ocurrieron una serie de acontecimientos que harían cambiar mi vida. Sin quererlo, me había adentrado en un mundo oscuro y desconocido del cual cada vez entendía menos. Con tan solo 17 años me encontraba bus...