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Carajo, carajo y mil veces carajo. Maldita la hora en que el rector le había hecho volver a su oficina para ordenar unos malditos papeles.

Ahora estaba conduciendo su auto como loco a casa. Las manos se le resbalaban del volante por el sudor y su respiración no se controlaba desde ese instante que lo vió.

Jungkook. Ojos rojos. 

La escena frenética en su cabeza le retumbaba los sentidos, algo en su interior le gritaba por salir, le rogaba por volver y asegurarse que no se había vuelto loco. Que el chico nuevo no tenía garras en sus dedos y colmillos en sus dientes; que no había golpeado violentamente a alguien o que había rugido bestialmente. 

Todo era tan malditamente ridículo que debía ser un sueño.

Debía estar soñando porque moría de la adrenalina y de los nervios pero, ¿Dónde estaba el asqueroso miedo que debía de sentir ante tal perturbadora escena?

Patético, eso es lo que él era. Ni siquiera sus emociones podían funcionar correctamente. 

Frenó de golpe y las llantas sonaron estrepitosamente. Salió deprisa de su auto y con las manos temblorosas abrió la puerta. Necesitaba... ¿Qué carajos necesitaba para poder poner su mente en la tierra y alejarse de esos ojos rojo que veía en todas parte?

Prendió las luces y vió alguien parado en su sala.

Joder.

-Will, ¿qué haces aquí?- Suspiro aliviado, llevándose las manos al pecho.

-¿Will, qué haces aquí?- Repitió incrédulo, acercándose a él.- Se supone que hoy nos veríamos.

-Yo lo lamento, lo olvidé.-Dijo mientras se quitaba la chaqueta y se dirigía a la cocina.

Tomó un vaso de la gaveta y se sirvió agua esperando que su novio apareciera de nuevo.

-¿Lo olvidaste, en serio?- El rubio entró a la cocina con las manos en los bolsillos de su elegante traje.-Nuestro aniversario.

-Diablos.-Dejó el vaso en la isla para pasarse las manos por la cara.

Su aniversario. Había olvidado el maldito aniversario. Ni siquiera lo recordó al despertar. Estaba ocupado con la universidad, la veterinaria, el maldito rector y... Jungkook.

-Cancelé la reservación en el Devereaux que tanto pediste, Tomé el único día de descanso del trabajo para llegar aquí y no encontrarte. Pensé "Ah, tal vez está muy ocupado con la carrera" y entonces preparé la cena aquí.- confesó derrotado, acercándose a su novio quien solo se mantenía cabizbajo.

-Ordené la habitación para que esta noche fuera de lo mejor para ti... ¿Pero lo olvidaste, cariño?- Le tomó suave de la barbilla para que lo encarara.

-Will, yo..

-¿Pasó algo? ¿Estás herido?- Cerró los ojos sin poder contener el cansancio y se dejó hacer en el pecho y brazos del otro.

-Lo lamento. Lamento comportarme como un maldito últimamente y no darte lo que mereces, pero ahora yo no...

-Está bien, vayamos a dormir.- Le tranquilizó arrastrándolo hasta su habitación.- Felices 3 años, cariño. Soy tan feliz de tenerte.

...

Sus pies dolían, de tanto correr. Ya no sabía donde esconderse porque ahora estaba acorralado entre el final del pasillo, se pego más a los casilleros detrás del él como si pudiera ser parte de ellos. Su cazador apareció a su vista y esperó su fatídico destino. Apretó bien fuerte los ojos al escuchar el chirriante sonido del metal de los casilleros con las garras, y en menos de un latido sintió su presencia justo delante de él.

》WOLF EYES: El Comienzo《 •KOOKMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora