Capítulo 16: Las consecuencias del odio

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- ...se te nota preocupado Ulquiorra... - dijo Granz

- ...es mi esposa... - respondió serio mi señor

- ...de acuerdo, no haré una pregunta obvia, pero si obligada, quieres ver a tu bebé y saber cómo están ambos, ¿verdad?...no vas poder negar que es de tu sangre, es tu viva imagen, de pálida piel, cabello negro y ojos esmeralda... te entregó a tu hija... - comentó el pelirosa

- ... ¿es una niña?... - respondió algo ansioso el pelinegro

- ... tantos días retosando cómo conejo y sólo tienes una niña... - dijo burlón el de ojos miel

Me sentí un tanto inútil al no poder darle a Ulquiorra un varón, pero me sorprendió y me alegró oír sus palabras.

- ... ¿quién te dijo que me molesta tener una niña?, estoy aliviado de verla bien... pero no me haz dicho nada de Orihime... - comentó el ojiverde

- ... nunca te había visto tan alterado por una mujer, realmente te enamoraste de esa niña... me sorprende que alguien tan disciplinado, tan solitario y reservado, estuviera en extremo sensible por un par de damas... - dijo el de gafas

- ... tck, dime ¿cómo está?... - dijo el oficial de la SS

- ... está bien, necesito que me escuches, se que eres lo suficientemente frío para mantenerte sereno... tu mujer está algo delicada por el parto... pero en cierta forma a sido una suerte que tu pequeña naciera prematura... - dijo serio el doctor

- ... ¿por qué?... - preguntó mi esposo

- ... se que es meterme en tu vida íntima, también se que no te gusta mezclar lo personal y el trabajo pero te voy a hablar con toda libertad para que me entiendas... - dijo el de ojos miel

- ... estoy seguro que lo notaste la primera vez que estuviste con ella, tu niña es estrecha... incluso puedo afirmar que te molesto un poco... - comentó el pelirosa

- ... tck, ¿a qué viene ese argumento Szayel?... - dijo el de pálida piel

- ... supongo que es un si, pero eres un caballero... - continuó Granz

- ... ese pequeño detalle complicó... - dijo el de lentes

Su tono de voz se hizo más suave, por lo que se volvió difícil de escuchar, después de eso entró el señor Granz.

- Señorita (Maria Manuel) Cirrucci, le encargo a la pequeña, tengo que ir con Ulquiorra a arreglar un asunto pendiente que él me encargo personalmente... - dijo con una tétrica sonrisa

- ¡Qué emoción!, supongo que se trata del grupo en aislamiento - exclamó la de ojos violeta

- Así es, pero es un asunto personal, por lo que no puedo decir más... tal vez esas bonitas bailarinas sirvan para el programa, pero eso lo decidirá Ulquiorra... cualquier cosa me llamas por el intercomunicador... - dijo el de lentes

- Si señor... - dijo la de blanco

- Toma (puso a mi bebé en sus brazos en vuelta en una manta), te la encargo, deja que duerma un rato en una hora más o menos señora Ciffer la va a poder amamantar... - comentó el de ojos miel

- ¡Gracias!... - dije con todas mis fuerzas aunque apenas me podía mantener despierta

El doctor se dio media vuelta y salió de la sala, me angustiaban sus palabras, el sólo mencionar "bailarinas", me hizo pensar en los chicos de ballet.

- Se le ve muy afligida... - me dijo la asistente

- ¿Cuál es el asunto personal de mi señor con el grupo que mencionaste antes? - pregunté angustiada

¡Salvéme General!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora