Capítulo 3. Una tenue luz en la desesperación. La humanidad se levanta de nuevo

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Año 847.
Campamento de reclutas.

Dos años después de la caída de la muralla María finalmente los cuatro jóvenes se unieron al ejército donde conocieron a varios jóvenes que deseaban unirse igualmente aunque con distintos objetivos, había quienes deseaban unirse a la Policía Militar quienes laboraban dentro de la seguridad de la Muralla Shina y que en la opinión personal de Eren eran patéticos por querer esconderse tras las murallas y vivir como ganado.
Mikasa y Armin pensaban que tras el incidente de hace dos años, Eren había cambiado ligeramente su personalidad siendo más despectivo con aquellos que de rendían fácilmente o que se conformaban con la comodidad de las murallas, sin embargo para la joven castaña Eren no había cambiado en lo absoluto.

-¿Han visto a esa chica de la patata? Sigue corriendo... -se burló un recluta llamando la atención de la joven castaña- Que patética, deberían dejarla correr hasta morir

La castaña se limitó a suspirar y comer sin hacer mayor caso a sus groseros comentarios, a unas mesas de distancia Eren se encontraba relatando algunos detalles sobre los titanes que aparecieron hace dos años antes de comenzar a pelearse con otro recluta, sin embargo la joven aprovecho la distracción para robar un par de panes y agua antes de salir del comedor, la pobre chica patata debía estar falleciendo de hambre y era una barbarie dejarla así.
Cuando la encontró tambaleándose hacia su cabaña se acercó corriendo para ofrecerle el alimento.

-Disculpa... Traje esto para ti -la joven ya estaba devorando la comida sin escuchar del todo a la castaña- Hubiera traído algo más, pero no tuve oportunidad y ten, traje algo de agua

-Tú... ¿Eres una Diosa? -preguntó mirándola fijamente a lo que la castaña sonrió amablemente

-No, no lo soy. Anda, termina de comer -la animó viéndola obedecer antes de desmayarse por el cansancio- Pobrecilla, debes estar agotada

Con cuidado la sujetó antes de llevarla hacia su cabaña donde Mikasa las miro en silencio antes de ayudarlas a entrar, recostaron a la chica en su cama y la observaron unos minutos.

-Sí te hubieran descubierto te habrían expulsado, no deberías preocuparte por los asuntos de los demás -la regaño la mayor- Ahora estamos en el ejército, debes pensar más en ti misma

-¿Cómo puedo abandonar a alguien que necesita mi ayuda? ¿No se supone que nos unimos al ejército para ayudar a las personas? -se acercó para cubrir a la de coleta con una manta- Independientemente de lo que desee hacer Eren o tú, yo no puedo darle la espalda a alguien que me necesita... Aún si se busco el castigo, dejarla sin comer y desmayada a la intemperie es demasiado cruel

-____, eres demasiado inocente para este mundo... -la pelinegra negó con la cabeza dándole un golpecito en la frente antes de irse a dormir

A la mañana siguiente empezaron el entrenamiento con el equipo de maniobras tridimensionales, colgándose del equipo y manteniendo el equilibrio, Mikasa lo hacía de forma natural recibiendo alabanzas de algunos reclutas, la pelinegra desde su columpio le aconsejó a su amiga como conservar el equilibrio y tras algunos intentos fallidos consiguió permanecer arriba.

-¡Eso es ___! -la felicitó Armin desde abajo haciéndola sonreír- Que tú puedas hacerlo me da confianza en que también puedo hacerlo yo

-¿Qué significa eso? -el rubio se sonrojó dándose cuenta de lo mal que había sonado y balbuceó disculpas haciéndola reír- Tranquilo, se que no querías ofenderme... Te perdonaré a cambio de tu postre de esta noche

-¿Eh? B-Bueno si no hay más remedio...

Cuando bajo de nuevo a tierra firme se acercó a dónde examinaban a Eren, al parecer ya lo habían bajado y estaba algo decaído, no se atrevió a acercarse temiendo que su empatía pareciera lástima, algo que sabía el ojiverde odiaba.
Mikasa, Armin y ella lo apoyaron durante un par de días para que lograra colgarse como el resto cuando finalmente se descubrió que su equipo estaba defectuoso y aún así con ese defecto se había logrado mantener firme unos minutos, cuando cambiaron su equipo logro dominarlo en segundos.

-¡Lo hizo! Miren lo feliz que está...

-No, está feliz porque no necesita depender de mí ahora... -Mikasa miró a su amigo con algo de tristeza

-No es verdad, estoy segura de que Eren no piensa eso -murmuro buscando animarla aunque sabía que seguramente Mikasa había acertado en sus pensamientos- Debe estar agradecido por tu apoyo, por más orgulloso que sea jamás te despreciaria de esa forma

-Gracias ____...

Aquella noche la castaña se acercó a la cabaña de Eren algo preocupada por la situación de aquel día y teniendo que las acciones de Eren hirieran a Mikasa aún más, al llegar a la cabaña se quedo viendo al ojiverde sentado en las escaleras contemplando la luna por lo que se acercó a él sonriendo.

-Oh eres tú, creí que sería Mikasa de nuevo -suspiro bajando la cabeza agotado, la joven se sentó a su lado- ¿Estás bien? Se que el ejército no es realmente tu plan A, así que...

-Estoy bien, te agradezco por preocuparte -le sonrió aún más recargando su cabeza en el hombro del chico, ambos mirando hacía el horizonte- Quería ver como te sentías, después de todo... Se que no te gusta depender de la ayuda de los demás

-¿Lo dices por Mikasa? -la joven asintió suavemente- Recibí ayuda también de otros chicos, Reiner y Bertolt... Ellos me ayudaron un poco más que ella, me dieron buenos consejos

La castaña soltó una risita pensando que esa era la única forma en la que Eren aceptaría en voz alta que había recibido ayuda de Mikasa y decidió no discutir más el asunto, por lo menos el chico no molestaría o evitaría a su amiga por eso.

-¿Has hecho amigas? Siempre has estado pegada a Mikasa... No te vendría mal tener más compañía -comentó suavemente aún con la castaña contra su hombro- Podrías conseguir algún consejo útil de las chicas de aquí

-¿Recuerdas a la chica patata? -Eren hizo un ruido afirmativo- Se llama Sasha, es bastante linda... Pero tranquilo, no creo que me vaya a hacer cambiar de opinión sobre unirme a la tropa de exploración

-____...

-Se que quieres que me mantenga lejos de los titanes, pero vamos... Siempre dices que los que se conforman con esta vida son ganado -murmuro sintiendo como se tensaba ligeramente- También puedo enfrentarme a ellos, Eren... No necesito que me protejas todo el tiempo

-El exterior es un mundo demasiado cruel y peligroso para ti, siempre quisiste una florería... Deberías hacerlo realidad

La joven se separó de su amigo y lo obligó a mirarla sujetandolo por las mejillas, el chico tragó saliva viendo su seriedad iluminada por la tenue luz de la luna

-No me sentaré a vender flores mientras tú estás afuera arriesgando tu vida... -murmuro mirándolo fijamente- No podría vivir con la angustia

-Sí sales ahí vas a morir... Estoy seguro de que tus padres jamás habrían deseado eso para ti

-Ellos están muertos, Eren... -murmuro con los ojos llenándose de lágrimas y una sonrisa triste- Morir por la libertad, no es una mala forma de hacerlo

El castaño tragó saliva viendo a la joven, era claro que estaba aterrada de salir de las murallas y enfrentarse nuevamente a los titanes, pero aún así su decisión al respecto no parecía flanquear, manteniéndose firme como el acero.

-Tú no quieres morir por esto... Jamás fue tu deseo morir por la libertad -negó suavemente tomándola de las manos que aún sujetaban sus mejillas- Déjame esto a mí, tú cumple tu sueño...

-Mis sueños cambiaron hace dos años, Eren... -sus manitos sujetaron las de él que eran más grandes y gruesas, sonrió con cariño- Te seguí hasta aquí, pero aún así mantengo mis propios deseos y mi voluntad... Si yo decido quedarme aquí es algo en lo que tú no puedes intervenir, te pido que lo respetes

-No quiero que mueras...

-Y no lo haré, así que deja de preocuparte -murmuro risueña antes de volver a acomodarse contra su hombro- El día que por fin nos libremos de esos titantes... Promete que me llevarás a ver ese inmenso mar del que tanto nos habló Armin, ¿si?

-Lo prometo...

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By: AnBri :3

Lo hijos de Ymir (Eren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora