Capítulo 5. La primera batalla: La defensa de Trost, parte 1

25 5 1
                                    

Entre gritos y gente empujándose para huir de Trost, la joven castaña peleaba contra los cuerpos que la empujaban para correr en dirección a la muralla y buscar a su amigo, sin embargo alguien sujetó su brazo con demasiada fuerza.

-¡¿A dónde cree que va, soldado?! ¡¡Vaya a reunirse con el resto para recibir su asignación!!

Ni siquiera espero a que la joven diera una respuesta cuando ya la estaba empujando hacia el edificio del ejercito donde todos se reunían. Entre tantas cabezas finalmente dio con una familiar cabellera que cubría unos hermosos ojos esmeralda, corrió de inmediato hacia él y lo abrazó apenas sus ojos se miraron entre ellos.

-¡Eren! ¿Estás bien? ¿Estás herido? -pregunto buscando alguna herida, el chico asintió tomando sus manos suavemente

-Estoy bien... -murmuró antes de mirarla con seriedad- Lo vi, ___ lo vi... Era el titan colosal de nuevo y cuando estuve a punto de matarlo... Desapareció

-¿Desapareció?

-Se esfumó en una nube de humo, no entiendo como ocurrió, algo tan grande no puede desaparecer así... No tiene sentido -negó con la cabeza- Algo raro está pasando aquí

-¡¡USTEDES DOS, FORMENSE!!

Suspendieron su conversación para unirse a su grupo, cada uno fue asignado a diferentes cosas pues mientras Eren estaría junto al resto eliminando titanes para proteger a las personas, ___ estaría junto a Mikasa encargándose de la evacuación. Cuando cada uno se preparaba para irse la castaña se acercó a Eren interrumpiendo su conversación con Mikasa, poniendo sus frentes una contra la otra.

-Por favor, por favor... No seas imprudente y regresa a salvo -susurró cerrando los ojos ante las miradas atónitas de Eren y Mikasa- Regresa conmigo, por favor...

-___... -tomo sus manos con cuidado y la miro a los ojos separándose un poco- Te hice una promesa, ¿no? No voy a morir hasta cumplirla...

La joven sonrió con los ojos llenos de lágrimas asintiendo rápidamente antes de abrazarse nuevamente, tras unos segundos la joven respiro profundamente y se alejó, se quitó una pequeña pulsera tejida que llevaba desde su infancia y la ató en la muñeca izquierda del castaño, besó su mejilla antes de correr para unirse con su grupo. En la zona asignada que tenía era todo un desastre, los hombres de más dinero se esforzaban por dejar a los niños, mujeres y ancianos en la parte trasera buscando escapar. Recién habían llegado a la zona de evacuación y ya tenían cuerpos que remover para dejar el paso libre, gente aplastada por otras en el pánico.

-¿Estás bien? -preguntó uno de sus compañeros al verla tan pálida

-Sí, es solo que... Este paisaje me trae malos recuerdos -murmuró apretando sus manitos en sus armas, su compañero bajo la mirada recordando de donde venía la chica- No te preocupes, estoy bien. Hagamos nuestro trabajo

Un comerciante decidió que su negocio era mas importante que la vida del resto de personas que aún no evacuaban en Trost, obligaba a todo el mundo a empujar un carruaje lleno de productos, ni siquiera podía pasar por la puerta y solo estaba provocando que hubieran mas bajas en los grupos que defendían la ciudad pues no podían retirarse mientras la gente no estuviera a salvo. ___ se encontró a Mikasa y le comentó la situación con brevedad, la pelinegra se enfureció pensando en que ese hombre estaba provocando mas bajas tanto de sus amigos como de personas por su egoísmo.

-¿Por qué no han evacuado? Mis amigos están muriendo ahora mismo porque no están evacuando... -murmuró Mikasa acercándose a las personas en la puerta de Trost

-¡Claro, ese es su trabajo! Entregar sus corazones para proteger a las personas y sus bienes -escupió el hombre enfadado- No se crean tanto solo porque después de cien años están siendo útiles

-Si cree que morir por otros es algo natural, estoy segura de que entenderá esto... -Mikasa caminó hacia él de forma lenta y amenazante con sus cuchillas afiladas en ambas manos, el hombre retrocedió- A veces un solo sacrificio puede salvar muchas vidas

-¡Inténtalo! Conozco a tus superiores desde hace mucho tiempo, puedo decidir tu futuro con una sola frase

Unos hombres se lanzaron contra Mikasa, sin embargo con un par de golpes la joven castaña logró dejarlos en el suelo adoloridos, el anciano palideció cuando vio a la otra chica unirse a su compañera para atacarlo, eso significaba que nadie podía ayudarlo ahora.

-No digas tonterías, un cadáver no puede hablar -murmuró la pelinegra frente al hombre, levantó su espada y se preparó para matarlo

-¡ESPERA! -chilló asustado

-Muevan el carro para que la gente escape y saldrá ileso, es algo simple -intervino la castaña detrás de su amiga

-B-Bien, muevan el carro...

Cuando la gente continuo la evacuación Mikasa volvió con su equipo dejando a la castaña y a sus compañeros a cargo de la evacuación. La castaña suspiro aliviada antes de notar que estaba comenzando a llover, miró hacia el cielo en silencio.

-¿Ocurre algo, ___?

-Tengo un mal presentimiento...

Cuando la mayor parte de la población de Trost había logrado huir la chica fue enviada a revisar las casas para asegurarse de que no quedara nadie por evacuar, la joven reviso por todos lados hasta reunirse con el resto de los grupos, al parecer el grupo de reabastecimiento había huido de Trost dejándolos a su suerte y aún quedaban demasiados titanes por eliminar.

-No nos queda mucho gas... Será imposible llegar a la muralla, van a matarnos -sollozó una joven sentada en posición fetal- Vamos a morir devorados por titanes y después van a vomitarnos, ni siquiera van a digerirnos

La castaña miró en dirección al edificio donde estaban los de reabastecimiento, habían demasiados titanes en su camino; miró en dirección a sus compañeros reparando en la presencia de Armin en una esquina, corrió hacia él sonriendo aliviada, si él estaba ahí significaba que su grupo estaba a salvo 

-¡Armin! Gracias al cielo, ¿estás bien? -le sonrió aliviada aunque no recibió ni siquiera una mirada- ¿Qué ocurre? ¿Dónde está Eren? 

-___, lo lamento tanto... -susurró con la voz entrecortada- Yo...

-¿Armin? -su corazón se aceleró mientras seguía manteniendo una sonrisa tensa- ¿Donde está Eren?

El rubio se limito a abrir su puño frente a su amiga, quien palideció al ver la pulsera de tela que había puesto en la muñeca de Eren antes de separarse para ir a ayudar en la evacuación. La sensación que tuvo en ese momento era indescriptible, su corazón se sentía tan apretado como si estuvieran estrujándolo repetidas veces, su garganta se había cerrado por un gran nudo que le dificultaba respirar, su visión se había vuelto borrosa y estaba mareada. Aunque Sasha y Connie se acercaron preocupados al verla tan pálida, la joven era incapaz de oírlos, sus oídos pitaban y su corazón latía frenético buscando oxigeno pues por la impresión había detenido su respiración, demasiado abrumada para recordar algo tan vital.

No solo el evento le recordaba su pasado, la muerte de su familia, la destrucción de su hogar, sino que ahora una vez más la vida le arrebataba todo lo que amaba y sin poder despedirse. Era imposible que estuviera ocurriendo todo nuevamente, era un infierno todo esto.

Era una pesadilla...

-----------
By: AnBri :3

Lo hijos de Ymir (Eren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora