Seis

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06 | Respirar profundamente y avanzar.

El único sonido que quedó en el pasillo fue el de los pasos furiosos de Grimm al alejarse. La transmisión de Blondie se había cortado abruptamente en medio de todo el caos, probablemente siendo obra del director.

—Darling. —susurró la morena rompiendo el silencio.

La nombrada no quiso responder, estaba helada, y no podía ni siquiera articular palabra alguna.

—Deberíamos de ir a clases, se nos va a hacer tarde. —dijo, para después tomar a su amiga de la muñeca.

Rosabella arrastró a la chica hasta su siguiente clase, que, por suerte, también compartían. No quería dejar a Darling sola, se veía muy frágil e indefensa en ese mismo instante, y no dudaba que la gente la iba a bombardear con preguntas y miradas, claro, en una situación normal la caballero podría perfectamente hacerse cargo de un par de curiosos por cuenta propia, pero en este momento, no se veía en condiciones de defenderse por sí misma, tenía que estar ahí en caso de que cualquier cosa pasara.

Llegaron a la clase, que aún no había comenzado, comprobó en su reloj y como ella creía, la hora del almuerzo aún no había acabado, aun así, el director ordenó a todo el alumnado permanecer en sus aulas.
Tan pronto como pisaron el salón, todas las miradas se posaron en ellas, o más específicamente, en Darling, quien se encogió tratando en vano de no llamar la atención.

Tomaron asiento en los lugares de siempre, la hija del príncipe encantador no parecía tener muchas ganas de charlar, y su compañera respetaba eso, así que simplemente la dejó en paz, quizá así podría ordenar un poco sus pensamientos.

La conversación en la habitación fluía cómo lo hacía en cualquier aula de clases cuando el profesor no estaba presente, pero Darling era capaz de prestar la más mínima atención a nada de los que sus compañeros hablaban, era como si su mente estuviera bloqueando cualquier sonido.
Pasaron los minutos, e incluso cuando se suponía que la clase debió de haber comenzado, el profesor se había demorado mucho, nadie tenía permitido salir del salón, probablemente para que no causaran más alboroto del que podrían causar en un espacio reducido, era una táctica que Grimm solía usar con frecuencia. Fue el sonido de los altavoces anunciando «Blondie Lockes, a la oficina del director» lo que reavivó la chispa del tema del momento.

Beauty tocó el hombro de su amiga esperando que por lo menos la contraria reaccionara, y así lo hizo, se giró para mirarla, sus ojos reflejaban cierta tristeza, incluso más de la que ya llevaban reflejando hacia días.

—Ten —dijo mientras extendía su brazo hacia Darling—. Se lo mucho que querías leerlo, no habíamos hablado, así que no había tenido tiempo de prestártelo, pero puedes leerlo ahora si quieres.

La princesa titubeó un poco antes de echarle un vistazo al libro que su amiga le ofrecía, en efecto, Darling le había pedido ese libro hace semanas, cuando Rosabella lo leía antes de dormir en su habitación.
Tenía una bonita portada de cuero con acabados de oro, una combinación algo extraña, si le preguntaban, pero que de alguna manera resultaba muy atractiva a la vista.

—Gracias. —murmuró esbozando una pequeña sonrisa, quizá no la más sincera que pudo, pero al fin y al cabo era una sonrisa.

Durante el resto de la clase se dedicó a perderse en la novela de misterio que la chica a su lado le había proporcionado. Al principio le pareció difícil con todo el ruido, pero finalmente pudo disfrutar de una agradable lectura, las novelas de misterio eran de sus favoritas, solía leerlas frecuentemente, ya que unos de sus pasatiempos era justamente leer, tanto así, que en su infancia terminó leyendo casi en su totalidad los libros de la enorme biblioteca del castillo de los Charming, también leyó algunos de los libros en el la biblioteca de la familia White, que era más grande que la suya propia, y tenía una gran cantidad de títulos, recordar aquello último la dejó con una sensación agridulce en la boca.

I may not be a prince | DarppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora