VII

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❛❛Por favor seca mis ojos.❜❜

Con el paso del tiempo se volvió costumbre que una hora antes de que acabará el turno laboral de Taehyung, salieran juntos a hacer cualquier cosas, comer, pasear o solo ver el cielo juntos en la piscina abandonada.

Se habían vuelto muy cercanos, la comodidad y paz que sentía Taehyung en su pecho cuando pasaba tiempo con Hoseok era abrumadora en un inicio, pero cuando entendió que no era algo malo dejó los sentimientos fluir. Sonreía más, hablaba más y se divertía, hacía años que no disfrutaba el estar vivo.

―Tae, hoy haré una cena especial y quisiera que fueras mi invidado de honor ―como el bromista que era Hoseok se inclinó como hacían en otras épocas cuando invitaban a damiselas a un baile, parecía tener una obsesión con aquél movimiento.

―Si me concede semejante honor estoy dispuesto a comerme lo que me ofreca ―le siguió el juego y ambos estallaron en risas mientras comenzaban a cerrar todo.

La casa de Hoseok no estaba muy lejos, en unos minutos ya estaban frente a una pequeña construcción con una simpática fachada.

―Bienvenido a mi humilde morada ―Hoseok abrió la puerta permitiendo la entrada de un curioso Taehyung que no tardó en explorar el lugar.

Una acogedora sala fue lo primero que lo recibió, a su izquierda una isla separaba los espacios de la sala y cocina-comedor.

―Simplemete hermoso, amaría mi cuchitril si fuera medianamente tan lindo como tu casa ―con confianza se acomodó en el pequeño sofá.

―Puedes vivir conmigo, si quieres ―aunque Taehyung se lo tomó como una broma, en el fondo sentía que podría ser una propuesta real en el futuro.

―Hoseok, ¿que hay de tus padres? ―se levantó del sofa trasladándose hasta las sillas frente a la isla que daba a la cocina donde Hoseok ya se encontraba maniobrando.

―Viven en la ciudad, aveces vienen pero no les gusta mucho el ambiente. Espera, ¿Yeotan no está por ahí? ―el chico observó por el suelo como si buscara algo.

―¿Yeotan? ―cómo si sus palabras fueran mágicas un ladrido llenó la habitación y una bola de pelos apareció por un pasillo que daba hacia a las otras partes de la casa.

―Allí está, él es Yeotan. Lo rescaté de la calle ―explicó y volvió a su trabajo en la cocina.

Mientras Hoseok se centraba en la comida, Taehyung pasó todo el rato jugando con el pequeño perro recordando el gatito que solía alimentar.

Un ambiente hogareño se instaló en el lugar, como si Taehyung perteneciera ahí junto con Hoseok y la bola de pelos llamada Yeotan.

―Tae, lo de hace un rato iba en serio... No tengo ningún problema si te mudas aquí, tengo espacio extra y no me haría mal tener un compañero ―habló mientras se mantenía de espaldas a Taehyung, quería ocultar sus nervios.

―Primero contestame algo ―Taehyung dejó a Yeotan de lado y centro su vista en la espalda de Hoseok―. ¿Es posible que yo te guste?

Thighs~

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