17.

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Mis pasos resuenan en el piso de la cafetería de Elson Hight. Diviso a las personas en el lugar y son pocas, el alumnado ha disminuido.

El nerviosismo se hace presente en mí cuando veo a las chicas que busco en la mesa de siempre, Ange y Daniela.

Uno, dos, tres, cuatro...

Jodidamente estaba contando mis pasos.

Desde la distancia, las observé. Hablaban alegremente entre las dos. De seguro soltando algún chisme o hablando de algún chico, o incluso diciéndose cosas entre ellas, ya saben. 

Si supieran la bomba que voy a soltarles...

Sé que esto me convertirá en una perra desgraciada, pero, haré todo lo posible para encontrar a mi amiga. 

Cuando llego a la mesa, actúo lo más normal posible, ignorando el temblor de mis manos y el sudor de mis axilas. Las observo y les dirijo una sonrisa en modo de saludo. Coloco mi bandeja de comida en la mesa y me siento. Me quito la mochila y la coloco a mi lado.

En la noche nisiquiera logré dormir por la incertidumbre de que dirían. Me imaginé cada escenario, la sorpresa en sus caras cuando les dijera sobre el video. 

—A que no sabes lo que pasó hoy.—me dijo Ange. Su cabello estaba recogido en una cola alta y sus labios estaban pintados de un rojo sangre

—¿Qué sucedió?—pregunté, fingiendo estar interesada.

—¡Sander y Janeth estaban en la parte de trasera del colegio comiéndose a besos!—susurró, como si hubiera sido el chisme del año.

—Oh, ¿En serio?

—¡Sí! ¿Ustedes no tenían algo?—preguntó, curiosa.

Sabía que la mínima información que le diera, iría directo a los oidos de Janeth.

—¿Eh?—quise hacerme la desentendida—¡Oh! Sí, de hecho, hubo un par de besos, pero nada formal.

—Claro—susurró Daniela a su lado.

Su afirmación sonó más como si no me creyera y, realmente eso fue lo que pasó. Lo que tenía con Sander no era nada formal, solo estábamos tonteando. Pero con esto de Janeth supe que le gustaba jugar con las mujeres a su antojo.

Todas nos quedamos en silencio, Ange estaba distraída mirando hacia un punto detrás de mí. Mientras que Daniela estaba en su teléfono. Sabía que era el momento indicado para soltar mi bomba, así que, sin darle más vueltas al asunto, las llamé.

—Chicas, necesito un súper favor por parte de ustedes.

Decidí que debía empezar con la parte pacífica, nada perdía con intentar sacarles la verdad sin la necesidad de mostrar el video.

Ambas me observaron expectantes.

—Solo que no sea pasarte la tarea de matemáticas, porque no la hice—Ange soltó una leve risa.

Negué de inmediato con la cabeza.

—No, no es nada de eso es más bien un poco de...—hice una pausa, buscando la palabra adecuada—información.

—¡Pues dinos!—soltó Daniela—¿Qué estás esperando?

Tardé unos segundos intentando formular la pregunta, para que se viera como una pregunta normal de alguien que no está tan interesado en el tema.

—La policía le informó a la familia de Adriana que ustedes estaban aquí en el instituto el día que ella desapareció y... Quería saber si ustedes, ya saben, vieron algo sospechoso.

J A S P E RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora