𝕏𝕏 : Vulnerabilidad

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v i g é s i m o

El suave sonido que hace el roce de la ropa con la piel

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El suave sonido que hace el roce de la ropa con la piel. La rutina tan conocida de lavarse el rostro y cepillarse los dientes. El click que hacen las puertas al ser cerradas.

Rintarō sentía el agradable sonido del crujido de las escaleras mientras bajaba. Iba a encontrarse con Hikaru antes de comenzar el tercero año, y aunque le costara admitirlo, estaba un pelín emocionado. Sólo un poco.

—¿Sales de nuevo? —El rostro de su madre se asomó por la puerta de la cocina. La ligera sonrisa que Rintarō llevaba plasmada en los labios, vaciló.  Movió su cabeza en señal de afirmación—. Últimamente estás saliendo mucho, ¡hoy ni siquiera has desayunado!

—Ah, sí... quedé para desayunar.

—¿Con quién?

—Con su nueva novia —canturreó su hermana desde dentro de la cocina. En un par de segundos, el rostro de la menor apareció en su vista, con la diversión brillándole en las pupilas—. ¿Ves, mama? No lo niega.

Si no supiera controlar sus emociones gracias al voleibol, seguramente estaría sonrojado. Entrecerró los ojos en dirección a su hermana, y esta, le sacó la lengua.

—Me voy, no sé a qué hora vuelva.

Con pasos rápidos, se dirigió a la entrada. Se ató las agujetas de las zapatillas con la conversación de su familia tras él: "¿Tiene novia?" "Creo que se llama Hikaru". ¿Y ella como sabía tanto? Maldito siglo veintiuno y su facilidad de encontrar información.

Salió de su hogar y caminó por los suburbios hasta la estación de tren.

El cielo azul encima de él. Los infinitos cerezos que decoraban las calles. La lluvia de pétalos rosados que caían sobre Japón.

Se subió al vagón con la multitud alrededor él, y tan pronto miró por la ventana, su mente viajó hacia Hikaru. Inconscientemente, ahora todo le recordaba a ella. Cuando hablaba con Atsumu, Osamu y Hitoshi vía online, siempre terminaba nombrándola, y era un poco vergonzoso.

Cuando escuchó la estación correspondiente a través de los parlantes, caminó con pesadez hacia la salida del vagón. Se bajó del transporte, y enseguida la reconoció.

Hikaru. Y como si fuera capaz de leer sus pensamientos, ella lo miró.

Una imagen divina. El cabello suelto. Una falda larga. Una chaqueta de mezclilla.

Antes de siquiera asimilar lo que tenía frente a él;

los brazos de Hikaru le rodearon el cuello. El pequeño choque de narices antes de sentir los labios de ella sobre los suyos. Se dejó besar, la manera en cómo Hikaru controlaba el ritmo tan lentamente lo dejaba en las nubes. Literalmente le pitaban los oídos.

No pudo evitar soltar una ligera risa cuando se separaron.

—¿Qué pasa? —preguntó Hikaru.

—Tu falda me hace cosquillas en los tobillos. Y es gracioso que debas pararte en puntitas.

Hikaru se separó de él con una mala cara.

—Tú eres muy alto.

—Sí, sí.

Rintarō le tomó la mano y la guio por el centro de la ciudad.

Habían visto la cafetería que tenían como destino en redes sociales. La invitación se perdió entremedio del periodo de exámenes, pero ahora tenían la oportunidad de ir.

Rintarō no se creía que comenzarían su tercer año.

¿Cómo había pasado tan rápido?

Tal como Hikaru le había dicho en una ocasión, el Torneo de Primavera llegaría y con ello, la graduación.

El leve tintineo de la campana que se encontraba en la puerta los saludó.

Se sentaron junto a una ventana, observando como los automóviles pasaban a su lado, perdiéndose en cuestión de segundos.

Pidieron una cantidad ridícula de pasteles y dulces.

Pero bueno, ¿qué importaba?

Rintarō sentía un tipo de felicidad tan difícil de explicar. Aumentaba cada vez que Hikaru deslizaba su mano hasta la suya para luego entrelazar sus dedos. Se multiplicaba cuando le dedicaba una sonrisa. Tendía a infinito cuando lo besaba.

Se sentía tan vulnerable.

Pero no debía pensar en ello. Todavía no.

Siguieron comiendo dulces. Bebiendo jugos y cafés con nombres extraños.

Burlándose de la gente que pasaba al lado de ellos. Riéndose de las cosas que encontraban por internet.

Jugando con sus pies bajo la mesa. Dedicándose miradas de amor.

El rostro adormilado de Rintarō. La suave risa de Hikaru.

Una cafetería. Dos adolescentes.

El último año de preparatoria.

ella y él ━ suna rintarō [Haikyuu]Where stories live. Discover now