Encuentros

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Está mal por donde se le viera, el era un traidor al reglamento, un asesino, un invocador de maldiciones que ha ido en contra de todo lo que les enseñaron pero, es tan hermoso y su piel tan adictiva desde que están juntos.

Sus manos acarician la curva de su espalda con lentitud, le fascina y lo enloquece solo con su toque. La voz que escapa de sus labios solo hace aumentar la velocidad con la que su sangre viaja hasta su entrepierna y es como un lobo hambriento de su presa que lo observa coqueta, usando sus dedos para desesperarlo mucho más que antes.

Aprieta sus caderas con fuerza, acalla sus gemidos con su propia boca haciendo que su lengua se introduzca en la boca contraria donde ambas se encuentran y es que ni siquiera se han unido pero tiene el poder de hacerlo tocar el inicio de un orgasmo liberador solo con sus uñas arrastrándose por su espalda, la sensación es clara pues no es la primera vez que aquello sucede y no será la última. Besa el lóbulo de su oreja donde se encuentra aquella joyería oscura como el color de cabello, lo acerca a su cuerpo para que pueda sentir la dureza atrapada en sus pantalones rozar contra su abdomen un poco aunque la ropa amplia que tiene encima le ayuda a que aquella sensación no llegue demasiado lejos y esta desesperado por quitarle todo de encima.

- No te desesperes Satoru, ¿no sabes que serás bien recompensado por tu espera? - Sabe que su sonrisa no hará nada más que desesperar al hombre de cabellos blancos-.

- Realmente, en serio, de verdad, quiero estar dentro de ti Suguru. - Su lengua se deslizó lento y suave como si en esa lamida deseara recoger todo el sabor de su amante-.

No puede evitar sonreír prepotente, ¿le creerían si soltara de repente que su amante es el hechicero más fuerte de todos? ¿Qué podría rivalizar perfectamente con un animal salvaje en celo? Siente sus manos pasearse por sus muslos, pareciera que la divinidad es el en vez de Satoru,. Sus dedos parecen presionar de forma exacta su piel pues su voz lo delata a causa de la experiencia que puede obtener de aquellas manos y su conciencia se drena un poco cuando su trasero es masajeado ahora, sus puños se aprietan contra la ropa de su pareja, lo está desesperando que ni el mismo puede con el calor que ahora lo está sobrepasando.

Al fin logra hacerse con un buen agarre para levantarlo del suelo, sus piernas quedan suspendidas por poco tiempo ya que se aferra a las caderas del hechicero y siente sus dientes encajarse en la piel de su cuello, arde, la succión vuelve a hacerlo mermar sus pensamientos y gime al fin de forma grave el nombre de quien lo sostiene entre sus brazos e incluso siente una sonrisa formarse contra su piel tras esa acción involuntaria de una mente casi deshecha por el placer que le proporcionaban en esos momentos. Al fin el ropaje de monje que usa cede cayendo agraciadamente por sus anchos hombros donde el cabello negro adorna la piel, luce tan natural que apenas quiere terminar por hacerlo un manojo de suspiros y gemidos que lleven su nombre en el proceso pero claro que lo "apenas querer" no es más que un engaño para si mismo pues lo que más anhela es verlo jadeante mientras apacigua su deseo de Suguru Getou.

- A este paso tus ojos van a cansarse de mirarme tanto. - Su mano se desliza por su mejilla-.

- Nunca me cansaría de verte siendo tan hermoso como ahora Suguru, no sabes cuanto desearía que fueses una mujer para desposarte y tener muchos hijos, ¿o quizás con algo de brujería pueda lograrse? - Movió sus caderas contra la piel expuesta obteniendo en respuesta nuevamente un gemido que hizo burbujear su orgullo-.

- Esa es una declaración extraña, ¿querer preñarme? La madre de tus hijos sería un traidor y asesino, ¿estás bien con eso? - Sus manos se movieron después de la embestida al fin abriendo aquella camiseta que negra y la banda que lo separa de aquellos ojos que reflejan el cielo mismo que es a donde anhela llegar en esos momentos-. Aunque no me molestaría que nacieran de mi unos hermosos niños con tus ojos Satoru.

One Shots SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora