One Shots SatoSugu

Omegaverse

- ¿Un omega es tan robusto? 

Satoru no medía sus palabras conforme al poseedor de cabellos negros y no es como que le importara mucho en realidad, esa había sido la primera peor impresión que había tenido Suguru de alguien a quien por iniciativa propia se había acercado a saludar y cuanto se arrepentía de eso. 

El albino de ojos azules era un alfa en todas las letras, es más hasta podrían estar remarcadas en rojo y nadie se opondría a ello, fuerte, temerario, poco manejable, grosero y atractivo. No había día en que paseando por las calles Satoru Gojou no terminara con un número telefónico, una cita, una conquista, una enamorada más a las listas y un o una omega con disposición para ser desposado. 

- ¡Auch! ¡Los omegas no son así de groseros! - El poseedor de los seis ojos se frotaba la parte posterior de su cabeza en respuesta al golpe que había obtenido de su compañero de equipo por no prestar atención a su alrededor-. 

- Y los alfas se supone que tiene instintos mucho más agudos y no te veo haciendo lo posible por terminar esta misión Satoru. - Lo paso de largo y siguió caminando en aquel estrecho camino de tierra pero con mucha vegetación a cada lado-. 

-  Nunca vas a casarte de seguir así Suguru. - Sonrió prepotente ante esas palabras-. 

- ¿Alguna vez he mencionado que me quiero casar, Satoru? - El chasquido de la lengua lo hizo sonreír con orgullo-. 

Satoru en venganza no lo dejó quedarse con la maldición para que pudiera comerla y así tenerla en su arsenal, la había exorcizado y reído en la cara de su compañero. 

- ¡Eres insoportable! 

- ¡Lo mismo digo!

- ¿¡No podrías ser solo un poco más responsable?! 

- ¡Tu deberías ser más lindo y dulce! ¡Omega gorila! 

- ¡Alfa idiota y bueno para nada! 

Shouko solo veía la discusión, interesada, sus aromas decían todo lo contrario a sus palabras y formas de expresarse, la aspirante a médico era una beta pero con una nariz tan fina que podía captar los aromas sin llegar a verse afectada por las feromonas de las castas y al fin decidió hablar para acabar con el ya poco informativo intercambio de palabras de sus compañeros. 

- ¿No es más fácil aceptar sus sentimientos? Satoru, Suguru tiene un cuerpo fuerte, si te apareas con el seguramente tendrían un par de mellizos y apuesto un puro a que trillizos, esos omegas son de los mejores y Suguru, sé que Satoru luce como un idiota pero tiene toda la buena genética Gojou al igual que bueno es muy poderoso y de familia adinerada, tendrías una vida tranquila si aceptas ser su omega y se casan. - El humo que exhaló se perdió en los rostros serios y molestos de sus compañeros-. 

- Yo quiero una omega linda, tierna y con curvas, si fuese un chico mínimo que sea alguien amable y dulce, ¡no como el! 

- ¡Ja! Sería interesante ver quien puede soportar a tu clan en ese aspecto, Gojou Satoru-san. 

Ambos se fueron por caminos diferentes, Shouko estaba feliz de obtener paz y silencio tras eso. 

- Son tan tontos...

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Pensamientos negativos, odio a las personas, ¿porqué tenía que hacerse responsable de algo que no provoca? ¿Porqué tenía que salvar a los mediocres humanos que ni siquiera eran capaces de ver maldiciones? Era por ellos que no tenían en lo absoluto un descanso apropiado, con su estrés, pensamientos negativos, bromas hacia alguien más débil que ellos, debería matarlos a todos y terminar con su miserable existencia.