Tren lleno.

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- ¡Es demasiada gente en un solo tren! 

El poseedor de los seis ojos se queja, trata de no aplastar a su mejor amigo que tiene en frente posicionando los brazos de forma horizontal y firme para lograr aquello pero la gente que se acumulaba más y más detrás de el empujaba tanto que no podría permanecer mucho tiempo aguantando en la misma posición, cuando estaba por soltar palabras inapropiadas las manos de Suguru se posaron en su pecho distrayendo por completo a sus pensamientos y mente en general. 

- Te voy a dar algo de apoyo para que puedas aguantar el peso de las personas, ¿bien? Aparte me estás asfixiando un poco Satoru. - Tenía una sonrisa nerviosa con unas gotas de sudor deslizándose por su mejilla-. 

Parpadeo, un poco confundido como si de repente Suguru se hubiese transformado en un ser que merece su absoluta atención y admiración, no, no es que el de repente se haya convertido en algo más, son solo las mismas preguntas azotando su mente de nuevo al igual que los pensamientos de que ese día lucía realmente atractivo y lindo. Aunque tenía una mirada confusa a causa de tener la completa atención de su parte eso no le restaba nada a su lindura. 

- No sé porque pero luces muy bien hoy, muy lindo, ¿sabías? - Simplemente dejó que su voz hicieran existentes sus pensamientos dirigiendo estos al causante de los mismos-. 

- ¿Eh? ¿El calor ya comenzó a afectarte? - Aunque intentaba mantener su vista al frente la seriedad de su compañero con esos brillantes ojos que apenas se podían ver a través de los lentes oscuros que siempre llevaba se lo impedían por completo haciendo a su pobre corazón aporrearse en contra de su pecho por su rápido latir-. 

Suguru no era inconsciente de sus sentimientos, pero siempre ha creído que son unilaterales por lo que no se esfuerza en hacer más para llegar hasta la persona que ama, Satoru recibe números e infinidad de invitaciones a citas que acepta, no sabe el motivo de esto pues les ha dicho a el junto a Shouko que no está interesado en iniciar una relación con nadie así que prefiere callarse aquel sentir pero no puede evitar pensar que es injusto aunque no sea consciente de ello. 

El tren se sacude a causa de la curva que toma, los empujan y Suguru siente el peso de Satoru en sus manos mientras su espalda presiona la puerta haciéndolo quejarse, si hubiesen ido en una de sus maldiciones no tendrían que viajar con tantas personas aplastándolos sin consideración alguna pero no, Satoru quería bajarse en una de las estaciones a comprar dulces y la maldición no hacía paradas, ¡si las hacía! Aunque era algo difícil aterrizar desde la maldición podrían hacerlo, el traqueteo nuevamente los hizo moverse pero sus narices se tocaron, sus respiraciones se mezclaron y las mejillas del más bajo se pintaron lentamente. Satoru entreabrió los labios, sus lentes se habían movido revelando ese hermoso cielo que Suguru amaba, el mar en el que no tendría quejas de ahogarse, el dorado contra el azul era un duelo muy difícil para el de cabello negro por lo que su mirada se aparto sin poder hacer más que eso y el corazón latiendo con una fuerza que no había experimentado antes. 

- ¿Quieres que me levante? 

¡¿Qué si quería?! ¡¿Estaba a merced de Satoru?! Su barrera se había caído, estaba expuesto desde el corazón frente al hombre del cual se había enamorado sin quererlo. 

- No. - Certero y sin dudas-. ¿Tú quieres levantarte? 

Sus puños se cerraron alrededor de la camisa negra que llevaba el que por algunos centímetros era más alto, Satoru apretó los puños también en contra de la puerta y acercó su rostro al del otro hechicero. 

"Estamos en la estación de Kokubunji, cuidado con las puertas al abrir. Gracias por viajar con nosotros." 

Las puertas se abrieron lanzando afuera a los menores, uno encima del otro ante la mirada de las personas que esperaban el tren y es cuando de su mente se disipó la neblina del amor, ¡mierda! Estaban rojos en tonalidades fluorescentes, incluso podía apreciarse un poco de humo escapando de sus orejas y los que bajaban del tren solo veían curiosos la escena algunos incluso les preguntaron si se encontraban bien o si necesitaban ayuda para levantarse a lo que ambos negaron ayudándose mutuamente para dejar el suelo antes de que más personas se interesaran en las razones de que estuviesen en el suelo. Al menos habían caído en su estación por lo que emprendieron el camino hacia su destino en común en un incomodo silencio. 

- Satoru/Suguru yo... - se detuvieron antes de hablar- t-tú primero Satoru. 

- Pues verás... - se aclaró la garganta antes de proseguir- siempre he pensado en esto, ¿qué es lo que posees? Me atraes mucho, siempre estoy buscándote con la mirada y preocupado cuando tomas misiones a solas ya no sé si lo que yo siento por ti es solo amistad, quizás me gustas pues estuve a punto de besarte en el tren y... - se detiene al ya no escuchar los pasos de Suguru a su lado y voltea detrás suyo encontrándose con un rostro rojo, tanto como cuando cayeron en la estación- ¡¿te sientes bien?! 

Apresurado regresa hasta el de cabellos azabache para verificar que no se haya enfermado o algo de esa naturaleza pero no, Suguru lo recibe tomándolo por el rostro a la altura de sus mejillas besándolo ¡Suguru lo estaba besando! ¡En los labios! Todo pensamiento coherente se esfuma, el beso es algo brusco y torpe pero le encanta, sus brazos se aferran a la cintura del más bajo atrayendo mejor el cuerpo del mismo y aunque ninguno de los dos tiene verdadera experiencia en los besos ambos se sienten como si la yema de sus dedos tocaran el cielo aunque el suponer que la razón de ello es por enamoramiento que sienten el uno por el otro es correcto. 

Sus miradas se encuentran, ambas expresan el profundo amor que se tiene y no hay necesidad de palabras, solo sonríen cómplices en el sentimiento mientras que tomados de la mano van al lugar de su misión. 

- ¡¡¡Nos bajamos dos estaciones antes!!! 

- Mierda... esta vez iremos en una de mis maldiciones. 

- Buu, ¡pero después iremos por mis dulces! 

- Si, si, vamos a un lugar menos visible. 

One Shots SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora