Keelhauled

13 2 0
                                    

Escucho los pasos en la cubierta. Los marineros trabajan sin descanso para no pensar en lo ocurrido la noche anterior. La noche en la que decidí entrar al camarote del capitán Garrett Hart para conseguir un poco de dinero extra.

Pensé que no importaría, tan solo eran monedas imperiales lo que había guardado el capitán después de asaltar un bergantín en las costas de Zineak, pero lo que yacía guardado en un cofre de ébano no era oro. Una estatuilla verdosa manchada de sangre fresca. Asemejaba al demonio del mar. El Giat'yhua. El dragón que gobierna los abismos marinos. Era una locura ¿Por qué un hombre guardaría un botín blasfemo? Ni pude sacarlo de su cofre, el sonido del andar de una pata de palo me sorprendió.

El capitán me llevó a punta de espada hasta el tablón de babor. Ni siquiera se molestó en acusarme frente a todos, solo gritó órdenes.

-¡Tiren la soga por debajo del barco, amarren al bastardo de las piernas y prepárense para arrastrarlo al infierno!

No escuché una señal del capitán, solo sentí la fuerza de cinco hombres que arrastraba mi cuerpo hasta las frías aguas que abrazaban el barco. Sal entraba por mis ojos. Mi carne era desgarrada por los moluscos que reposaban en la quilla. Miles de ojos negros me veían agonizar desde las profundidades. Cuando salí del agua, me encontré en el lado de estribor del barco. Los marineros estaban horrorizados al ver las heridas que dejaban al aire músculo y hueso.

Garrett se negó a darme el último descanso, por lo que me mantiene vivo en una celda. Soy un recordatorio para todos. No debes de robarle nunca a tu capitán.


Ríos de sangre: Historias OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora