EDITANDO | Orgullo de Alfa | 19 Days

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A medida de que comenzó a crecer, las notables diferencias entre los géneros de cambia formas en el mundo en el que viven se hicieron más fuertes para él.

Y los cachorros a su alrededor; anhelaban.

Anhelaban ser alfas, o betas, y alguno que otro cachorro estúpido ansiaba ser una de las leyendas deltas que estaban escritas en cuentos.

Mientras que él, inocentemente había soñado con ser un omega en aquel entonces. Aún si no siquiera conocía bien el verdadero significado detrás de ese eslabón en la jerarquía; él anhelaba.

¿La razón?, la mujer más preciosa en su vida era una omega.

Una hermosa omega de cabellos rojizos y mirada amable, de estatura bajita y una linda voz que a él siempre le había gustado escuchar. Cuando ella le abrazaba; su pequeño cuerpo quedaba impregnado de un aroma a frutos rojos y regaliz y a pesar de ser todavía un cachorro, Mo sabía que ni un alfa ni mucho menos un beta podrían ser capaces de desprender tan dulce aroma.

Era ingenuo.

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— Mamá, ¿crees qué seré como tú? —pregunta con cierta dificultad, mientras ayuda a su madre a hacer la cena, aunque en realidad él sólo se encarga de lavar los trastos.

— Oh cariño. —su madre deja lo que esta haciendo no sin antes asegurarse de que la flama de la estufa esta lo suficientemente baja como para que la comida no se queme y se acerca a su cachorro con una mirada repleta de ternura y lo toma entre sus brazos, acariciando su mejilla en un toque suave, diciendo: — ¿Tú quieres ser como yo?

El cachorro asiente con ojos brillantes y a la mujer se le estruja el corazón al pensar en que su cachorro aún no sabe nada.

Pero aún así, la hace sentir cálida. Aún si en el fondo sabe que cuando su cachorro crezca no dirá lo mismo, ¿quién es ella para romper una ilusión tan pura?

— Seguramente lo serás, GuanShan, el omega más hermoso de todos. —le sonríe, tragando el nudo en su garganta porque de repente tiene ganas de llorar. — Aunque no tienes porqué preocuparte por eso todavía, mi amor. —susurra, dejando un beso en la frente de Mo que no tarda en ponerse colorado, justo como su cabello.

— ¡No es cierto!, tú eres la omega más hermosa de todas, mamá. — responde el cachorro con un puchero en los labios que provoca que el corazón de la mujer se derrita.

— Y tú eres el cachorro más bonito de todos. Me pondré muy triste cuando encuentres a tu pareja. —la mujer bromea, riéndose por lo bajo de la mueca de desagrado del cachorro. — Vamos Momo, no me mires así. Algún día cuando crezcas vas a tener que dejar el nido.

— No soy un pollito, mamá. -refunfuña y se retuerce en los brazos de la fémina para que lo deje ir. — ¡Además todos los demás dan asco, tienen pulgas! —y tras decir eso se retuerce cual gusano al ver que no hay escapatoria.

— Creo que más bien serían piojos, cariño. —corrige, pero pronto se da cuenta de que hay algo más. — Tal vez... Oh, GuanShan, ¿te gusta alguien? — pregunta y no puede disimular el tono emocionado en su voz cuando la idea de que su pequeño Mo esta enamorado de algún niño de sus clases se instala en su cabeza.

Y GuanShan chilla avergonzado, su mamá es un poquito metiche a veces, pero no por eso deja de amarla.

— ¡No! —grita de inmediato y toda su carita termina por pintarse de un bonito color carmín.

Pero antes de que la mujer pueda hablar de nuevo, un escalofrío recorre su espalda y su omega interior comienza aullar lastimero, desgarrando el interior de su subconsciente.