Capítulo XIII

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Capítulo XIII:

Parecía una escena sacada de algún cuadro del Mundo que Kazuma había vivido una vez en su tiempo. Uno que reflejaba la hostilidad de la guerra, en donde no habían vencedores ni vencidos, solo muerte y destrucción, ciudades arrasadas, familias quebradas y la única forma de superar todo era avanzar, lentamente, hacia un Futuro mejor. Para la Hechicera Megumin, esa "imagen" se plasmaba en su cabeza, ya que podía ver y sentir como la guerra aumentaba aún más su fuerza bruta, atacando con todo a los navíos de las Fuerzas Aliadas. Por un lado y recapitulando, ella había ido al barco de Khadgar, Thrall, Lady Liadrin y los otros junto a Chomosuke, mientras que el resto se hallaba en camino hacia el Valle ShadowMoon, pero para aquel grupo bastante numeroso, habían caído en una especie de emboscada por parte de la "Flota de Hierro" que tenían los Orcos del "Clan BlackRock", ya que éstos desembarcaron en las Costas de la "Cresta del Fuego Glaciar" y empezaron a bombardearlos con sus poderosos cañones alimentados por la Magia Elemental y la tecnología de los Goblin de la "Compañía Mechanegra". Muchos de los barcos que intentaban llevar a las playas resultaban afectados parcial o completamente, debido a los incesantes bombardeos que el enemigo ofrecía y desde la cima de ese lugar, el Jefe BlackHand sonreía malvadamente ante el fracaso de aquellos enemigos y se mostraba orgulloso de la superioridad armamentista que poseían. Orgrimm, por su parte, se hallaba serio y neutral, no decía nada, se volteaba un poco para ver que no hubieran Orcos del "Clan Frost Wolf" rondando por allí, esperando de que su amigo se hubiera largado de esas tierras.

En un momento dado, éste sintió la pesada mano de BlackHand sobre sus hombros, lo miró y notó una expresión seria en aquel gigantesco y pálido personaje, sus ojos esbozaban una mirada fría y empuñaba aquella arma flamígera, listo para anunciar el siguiente paso de la campaña.

- Tú sabes muy bien, Orgrimm, que los "Frost Wolf" no quisieron aceptar nuestra unión de todos los Clanes bajo los estandartes de "La Horda de Hierro".- Comenzó a hablarle, veía imágenes de los "Embajadores" de aquellos dos grupos que se habían reunido, pero la respuesta era la misma: Se negaban a formar parte de aquella fuerza. Las palabras de Durotan eran sabias, pero Orgrimm, al verlo, solo podía pensar en una sola cosa acerca del Orco al que consideraba su "Hermano": Débil, cobarde, no valía la pena hacer un trato con ellos. Los "Frost Wolf" eran unos miedosos.- Ellos se negaron a unirse y aquí tienen nuestra respuesta: Ya lo dijo el Jefe de Guerra, Garrosh Hellscream: No se permiten débiles en nuestras filas. Somos una única fuerza imparable, conquistadores y el único lugar para los que no desean unirse...- Se tomó su tiempo para decirlo y notó como los labios de Orgrimm iban gestando su movimiento.

- Merecen la muerte como único castigo. Sí.- Respondió fríamente, dando a entender a BlackHand de lo orgulloso que se sentía al tener a su Lugarteniente bajo su mando. Un orgullo para los BlackRock, así que le palmeó la espalda y se dirigió hacia las fuerzas.

- Excelente, así me gusta, Orgrimm: Eres digno para dirigir, un verdadero líder con sangre de hierro.- Le felicitó el Orco pálido y de ahí se dirigió hacia sus fuerzas.- Muy bien, en cuanto nos deshagamos de esos patéticos e insignificantes Humanos y sus perros falderos, dirigiremos el asalto hacia la "Cresta del Fuego Glacial". Tú comandarás estas fuerzas que avanzaran en la Vanguardia conmigo.- Dio sus instrucciones y Orgrimm asintió en silencio, de ahí, el otro se retiró.

- "Durotan, Draka, váyanse, por favor. No sean estúpidos, los van a exterminar".- Pensó el peli negro en silencio, mientras que observaba la batalla que se desarrollaba y no parecía mostrar un cambio o ganador alguno.

Ya no había más tiempo para que ellos se retiraran hacia tierras más seguras, desde los bosques cubiertos de hielo, bajando por aquellas heladas Montañas, montando sus lobos y marchando con sus tropas, el "Clan Frost Wolf" se iba dirigiendo hacia donde estaban ellos, al encuentro con el enemigo. Desde unas formaciones serranas, una bella Orca de largos cabellos violeta oscuro detuvo su montura, ya que ésta gruñó y mostró los colmillos ante la presencia de que había peligro a la vista, así que alzó su mano y cerró el puño, deteniendo el avance de las filas armadas. Los "Frost Wolf" se quedaron detenidos y ante ella llegó Durotan, su marido, el cual blandía el Hacha de su padre, un arma pasada de generación en generación.

World of Konosuba: WarLords of DraenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora