-Vámonos, Hermione. -Dijo Harry.
-Okey, ya... ya estoy lista. -Tomé la poción y dejé el frasco en la mochila-. Lista para ir.
Cuatro horas tenía para no decir tonterías. No sé si funcionaría, pero igual lo intenté. Salimos sin llamar la atención y nos internamos en Hogsmeade. La nieve era profunda, muy fuerte. Tanto que Harry llegó a decir:
- ¿Qui-quieres m-mi a-abri-abrigo, Hermione?
-No Harry, gracias. No-no tengo tanto frío -Mentí.
|Harry|
- ¿Qui-quieres m-mi a-abri-abrigo, Hermione?
-No Harry, gracias. No-no tengo tanto frío. -Dijo ella.
O por Dios, intentaba ser romántico en una cita y no podía, esto no podía terminar bien. No podía. Mi idea era pasar un rato con ella en las tres Escobas, luego ir a visitar mis padres. Paramos en las tres escobas, que aún estaba abierto por suerte. Al entrar solo había dos personas conversando tranquilamente. Madame Rosmerta nos miró y luego nos dijo:
-Que quieren, muchachos.
-Dos cervezas de manteca.
-Ya salen. -Llenó dos vasos de cerveza de manteca y nos los dio-: Son ocho Stickles.
-Ah sí. -Ella sacó su monedero y se puso a pagarle. Yo le detuve la mano.
-Yo-Yo yo pa-pago Hermione. -Se me encendieron las mejillas -. Ten. -Le entregué a Madame Rosmerta los ocho Stickles de plata.
Nos fuimos a sentar a una mesa lejana. Luego ella habló:
-Gracias por traerme aquí, Harry. Creí que... que solo iríamos al cementerio.
-No, era una... u-una, s-sorpresa.
-Oh, me sorprendiste. -Sonrió.
-Tengo algo que decirte, Hermione.
- ¿Qué?
-Mañana, mañana me voy de Hogwarts por las vacaciones de navidad.
-Pero Harry, ¿Tus tíos lo saben? ¿Arreglaste con ellos?
-Sí, lo hice. Me dijeron que no había problema, la verdad, no sé por qué. Pero Me gustaría decirle a quién le escribo mientras te escribo a ti. Ver la cara de Dudley...
-Serás su envidia. -Afirmó-. Él siempre fue el mimado y seguro no consiguió novia aún, por más colonia de tu tío que se pusiera. -Rio y extendió la mano para (Que yo creí) Que se la agarrara. Yo estiré la mía y se la tomé. Me estaba volviendo un tomate, lo sé. Pero al segundo que me di cuenta ella estaba sonriendo, mirándome a los ojos. -Harry, por Dios, pareces un tomate. -Rio, yo no-. Oh, eso... eso te molestó.
-En absoluto. -Reí-. ¿Terminaste tu cerveza?
-Sí, ¿Tu?
-Ah, también, vámonos.
Salimos de la taberna y luego nos fuimos al cementerio. Mucha nieve por todas partes. Fui a donde debía ir con Hermione siguiéndome y ella sacó su varita e hizo aparecer sobre la parte de mi madre, un ramo de flores y sobre la parte de mi padre, una muy duce copia del mapa merodeador. Luego hizo un Patronus intentando que salga una cierva y lo logró.
-Era una nutría. Lo sé, que extraño, ¿No?
-Sí, el Patronus de mi madre cambió a una cierva cuando se casó con mi padre. Debe ser por la persona que amas, ¿No?
-Sí, tienes razón.
Me cambió un poco la cara, me quedé allí, contemplando el Lily Potter, 30 de enero de 1960- 31 de octubre de 1981, Con veintiún años de edad - James Potter 27 de marzo de 1960- 31 de octubre de 1981, una lagrima se derramó por mi mejilla, (Tienes que ser fuerte), pero no lo logré, estaba por romper en lágrimas.