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Un tiempo había transcurrido, 2 años para ser exactos. Rius estaba empezando la universidad, quería estudiar ingeniería naval. Timba tenía 21, le quedaban unos años todavía para terminar su carrera de arquitectura. Estos 2 años los habían pasado de maravilla. No podían estar más felices con la relación que mantenían.

19:00 
         

– ¡Timbi! – saludó un peliblanco.

– Hola mi vida. – le besó la frente y dejó su mochila en un sillón por mientras. – ¿Qué hay de comer?

– Calenté un poco de sopa para ti.

– ¿No comes?

– No tengo hambre.

– Bueno. Me llamó el piedra.

– Deja de decirle "el piedra" al pobre profesor Stones.

Resulta que el tal señor Stones trabajaba igualmente en la universidad.

– Literalmente se llama Alexander piedras.

– Mientras no le digas así en frente de él estaré feliz. 

– Llamó diciendo que quería una reunión conmigo en su oficina mañana temprano. Explícame el motivo pollito.

– Que se lo explique dice el hombre... – rodó los ojos.

– ¿Qué?

– Descarado, el profesor Stones quiere citarte porque todas las semanas ando cojeando. Te he dicho que no me podía "caer en bicicleta" ni "tropezar por las escaleras" todos los días. Es anormal y él se preocupa por mí.

– Así que era eso... ups.

– Ahora no sé qué le vas a decir. – le sirvió la sopa al peliazul.

– Le diré que tienes un problema en una pierna y ya.

– A ver si se lo cree, recuerda que es mitad doctor.

– Es muy intuitiva la piedra esa.

– Por algo hace matemáticas, física, y varios ramos que tienen que ver con la ingeniería naval.

Timba probó la sopita del peliblanco.

– Está buena, me encanta.

– Gracias Timbi.

– ¿Entonces dices que quedas cojeando?

– Sí, porque me das demasiado duro.

– Pero tú me lo pides, desgraciado.

– Y tú aceptas y ejecutas, idiota.

– Pero si no lo quisieras, no lo pedirías.

– Me identifico culpable señor Timbi.

– Dictaré una sentencia: dejarte cojo.

– Pero- – se rio.

– Eso dejémoslo para cuando termine este plato. – mostró que le quedaba un tercio.

– En vez de arquitecto, deberías ser juez. Amo tus sentencias. – se puso detrás de la silla del mayor y empezó a tocar su azulado pelo mientras éste comía.  

– Tengo hambre, pero no sé si aún quiera la sopa.

– Y si no quieres la sopa, ¿Qué quieres?

– Pollo perfumado.

– ¿Perfumado? te espero en mi habitación. – le guiñó un ojo y se fue contoneando ligeramente la cadera.

– Uff, dios de la belleza. – terminó de comer tranquilamente, quería darle tiempo. Lavó los platos. – ¡ya voy!~

Timba caminaba hacia la habitación con una sonrisa. Entró y lo primero que vio fue a Rius acostado en la cama llevando una de sus camisas.

– ¿Quién te dio permiso para sacar una de mis camisas?

– Nadie, castígame.

– Oh, con todo gusto. – se acercó y se puso sobre él para besarlo apasionadamente. El mayor cortó el beso y hundió su rostro en el cuello del peliblanco. – y sí que te echaste perfume.

– ¿No querías pollo perfumado? aquí lo tienes. – movió un poco su cuerpo debajo del contrario.

– Esto es 1.000.000 de veces mejor que la sopa. – acarició las curvas del peliblanco. – no te entiendo, bebé. Me reclamas que andas cojo y mira lo que haces, te sirves en bandeja de plata ante mí.

– Bueno es que...

– Es que te gusta quedarte cojo ¿o qué?

– No no.

– "No no" mis huevos.

Rius se largó a reír y el contrario solo sonrió. La risa de Rius era hipnotizante, como esos ruidos que escucharías por horas y no te cansarías.

– Bueno, si me disculpas, disfrutaré de este pollo perfumado como me merezco. 

– Así se habla.

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En este capítulo no hay yaoi debido a que es el primero y quise empezar de manera suave, pero en los siguientes sí habrá.

2°a temporada del otp / YAOI HARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora