Desilusión

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Apenas llegó de la escuela fue llamado a la oficina de su tío, un terrible presentimiento se instaló en su pecho.

Entro al pequeño, pero elegante lugar, dónde fue recibido con la pregunta que menos quería.

—¿Cuando pensabas decirme que tienes novio?

Su rostro empalideció y sus manos comenzaron a temblar, incluso sentía que le faltaba el aire.

—Yo... —titubeaba nervioso sin saber que decir, las palabras estaban atoradas en su garganta, clavadas allí sin poder salir.

—No importa —dejó su laptop a un lado enfocándose en él.

—Sé que no nos hemos llevado de la mejor forma, pero no pensé que me ocultaras algo tan serio. Ya sé quién es el chico, y bueno la verdad no sé que decir.

Tenía que estar mintiendo, ¿cómo sabía?, además, ¿porque estaba tan tranquilo?

—Si no lo dije fue por...

—Olvídalo, creíste que reaccionaría mal y que te juzgaría, pero te equivocas, al contrario, me tranquiliza que lleves una vida normal, cómo el adolecente que eres. Y créeme que cuentas con mi apoyo.

¿Su poyo?

—¿Enserio?, ¿no le molesta? —preguntó sin disimular su sorpresa, solo no podía creer lo que estaba escuchando y viendo.

—Estoy hablando muy enserio, lo que me molestó fue tu falta de confianza, claro, reconozco que mi actitud no ha sido la mejor y nuestra relación es mala, pero quiero que eso cambié, que entiendas que todo lo he hecho es por tu bien, no fue fácil perder primero a tus abuelos y luego a mi hermano...

Apretó su puño, se notó la tensión en cada músculo de su rostro, pero en segundos trató de relajarse.

—Empecemos de nuevo, ¿te parece? —le mostró una leve sonrisa, HongJoong le devolvió el gesto, aún con la sorpresa e incredulidad en su mirada.

—Está bien —contestó ampliando más su sonrisa.

—Mañana será tu graduación, YoungSun y yo te acompañaremos, así aprovecho y lo conozco.

—Si, por supuesto, mañana les presentaré a MinGi —estaba tan contento, cada palabra era dicha con mucha alegría genuina, pensó que sin dudas las cosas estaban mejorando.

Que equivocado estaba.

Salió de aquella oficina casi dando saltos de alegría, creyó estar viendo luz después de una torturante oscuridad.

(...)

El grandioso día de la graduación llegó, se despediría de la escuela y con ésta, de tantos recuerdos...

HongJoong estaba contento, no podía negarlo, pero triste a la vez, extrañaba tanto a sus padres, como le hubiese gustado que ellos le acompañaran ese día.

Todo transcurrió sencillo y agradable, un ambiente increíblemente tranquilo, HongJoong tal cómo lo prometió les presentó a MinGi a sus tíos, quiénes amablemente le devolvieron el gesto.

Al principio le parecía falso el cambio de su tío, pero con los días confirmo que estaba paranoico, él no tenía razones para engañarlo, no ganaba nada y solo se estaba haciendo ideas extrañas en su mente.

Ambas familias incluso intercambiaron palabras, y todo resultó en una cena en la casa de HongJoong.

(...)

—SeongHwa, ¿qué te pasa? —la elegante mujer de cabello rubio y alisado miró a su hijo con preocupación, quién en lugar de estar feliz parecía querer asesinarlos— Tienes una actitud horrible, hoy es un día muy especial para ti.

—No me pasa nada —contestó amargente.

—Pues no parece —contratacó, ahora un tanto enojada—¿Dónde está YeoSang?, les tomaré una fotografía a ambos.

La mujer estaba entusiasmada con la relación de SeongHwa y YeoSang, ella aseguraba que ambos se casarían, porque eran el uno para el otro, la común «pareja perfecta».

—No lo sé —dijo sin interés, con la mirada hacía una dirección en específico.

—¿Qué tanto ves para allá? —volvió a preguntar— ¡ah ya! los  Kim, no los había reconocido, que raro, no veo a YoungSun —dijo con su aguda voz, tratando de observar mejor.

Sin decir nada más se alejó diciendo que iría a buscar a su novio.

(...)

La noche como una sombra apareció muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya era hora de la cena, y todo estaba preparado para recibir a la familia Song.

Un alegre HongJoong terminaba de arreglarse mientras su tía le obsevaba con ternura.

—Querido estás muy lindo —dijo Youngsun al verle.

Vestía de traje negro, y su cabello lo había peinado hacía atrás, haciendolo ver elegante y sin duda alguna más apuesto de lo que normalmente era.

—Cada día te pareces más a tu padre —la nostalgia presente en su voz.

—Gracias tía —le respondió con una leve sonrisa.

Todo se sentía irreal, y su alegría de un momento a otro, con el pasar del tiempo se convirtió en una desgarradora tristeza.

Todos se encontraban reunidos en el comedor, pero no la familia de MinGi, ellos simplemente no aparecieron.

—Esto me parece una gran falta de respeto.

Un furioso HimChan se levantó y se marchó, dejándole solo con la mujer que le brindaba una sonrisa triste.

—Todo estará bien, de seguro tendrán una buena explicación para esto, mejor vete a descansar, ¿si?

Él asintió, y trató de devolverle la sonrisa, su tía tenía razón, de seguro les ocurrió algo.

Esperaba que estuviesen bien...

A la mañana siguiente recibió la respuesta a aquella ausencia, y de nuevo su castillo de brillos se convirtió en uno de sufrimiento.

(...)

El viento helado ondeaba su castaño cabello, mientras su vista estaba fijada en algún punto del bonito parque, dónde los abrigados niños jugaban alegremente.

Mientras cada recuerdo volvía a su cansada mente.

«Si me acerque a ti fue porque pensé en sacar provecho económico. Pero me equivoqué, no eres más que un niño tonto mantenido por tu tío»

«Me iré a otra ciudad con mi familia, ya no quiero que te ilusiones, deberías agradecer que estoy siendo sincero»

Desde ese día no lo volvió a ver, aquella cálida mirada se transformó en una tormenta de nieve, el MinGi del instituto, amable, risueño y protector era solo una vil mentira.

—Soy un estúpido —no pudo evitar llorar, estaba cansado de ser el juguete de los demás.



No me odien:3
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Senya 🌙💜

𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒕 𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆. 𝑰 𝑷𝒓𝒐𝒎𝒊𝒔𝒆 {S͟e͟o͟n͟g͟J͟o͟o͟ng͟} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora