Confesión

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—Oye, tu perro ni te extraña —dijo sorprendiendolo, casi se ahoga con el jugo de fresa que es estaba tomando, se sentó frente a él, sonriendo de medio lado, su cabello perfectamente peinado, su ropa, todo impecable, se veía lo mucho que le importaba su aspecto físico.

—Eh... Bueno... Sobre eso... quería disculparme, pero es que no tuve otra opción, ahora mismo lo busco y lo llevo a un albergue —dijo triste y nervioso —la sonrisa en el rostro de SeongHwa se borró, pero en segundos volvió a aparecer, apacible, sin una pizca de burla, lo cuál a HongJoong le pareció muy extraño.

—¿Un albergue?, ¿y porque mejor no se lo regalas a YeoSang?, estoy seguro que lo cuidará —sugirió pensando que HongJoong no quería que él lo cuidara.

—A Yeo no le gustan los animales —contestó— no sé si lo puedes traer o yo lo busco, ya no quiero causarte más molestias.

—Lo siento, pero ya tú me lo regalaste, así que es mío y no te lo devolveré —dijo sonriendo aún más, era extraño, porque nunca antes lo había visto sonreír de esa manera, parecía un niño.

HongJoong estuvo a punto de decir algo cuando alguien los sorprendió.

Se trataba de YeoSang que los miraba con el ceño levemente fruncido.

—SeongHwa te estaba buscando por todas partes, ¿qué haces aquí con él? —preguntó sin poder ocultar la molestia que sentía.

—Creo que ya me voy —dijo HongJoong bastante incómodo. Esas patadas en su estómago cada vez le hacían más daño.

—No es necesario —miró a HongJoong y luego a su novio— YeoSang te lo explicaré después, es una larga historia, ahora vámonos porque necesito hablar contigo.

La seriedad en su expresión era tan grande que incluso HongJoong se preocupó.

—Está bien —respondió inquieto.

Luego miró a Hong.

—¿Terminaste los ejercicios? —le preguntó secamente.

—Si, si —abrió rápidamente la carpeta que sostenía entre sus manos, sacó dos hojas, y se las entregó.

—Gracias —dijo con tanta frialdad que incluso pudo sentir la heladez rozarlo —ah y disculpa por lo de ayer, es que ya sabes cómo soy, no me gusta que me interrumpan cuando estoy ocupado en algo importante.

—No pasa nada —contestó aún sentado en aquella mesa de la cafetería.

La pareja se fue, y no pudo evitar que la tristeza lo invadiese, su único amigo se estaba comportando muy raro, ya parecía que él fuese su enemigo, y lo peor era que no entendía porque ese cambio de actitud.

Lo único positivo en ese día era que la bolita de pelos tenía hogar, esperaba que le diera mucho cariño y cero maltratos.

«Al parecer él odioso no es tan malo cómo pensé»

—Hola HongJoong —saludó sentándose a su lado.

HongJoong al verle sonrió, que él apareciera era cómo cuando encuentras la salida de un laberinto.

—Hola MinGi —el contrario le devolvió la sonrisa, y al sentarse frente a él y mirarlo  notó esos terribles raspones en su rostro, era cómo ver un bonito paisaje manchado por suciedad.

—¿Qué te ocurrió? —preguntó con el ceño fruncido.

HongJoong suspiró, y comenzó a contarle todo.

—Nadie me ha vuelto a golpear, pero ya te contaré...

—Tu tío es un maldito, por su culpa casi eres atropellado —dijo con rabia.

𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒕 𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆. 𝑰 𝑷𝒓𝒐𝒎𝒊𝒔𝒆 {S͟e͟o͟n͟g͟J͟o͟o͟ng͟} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora