¿Qué fue lo que hice?

267 38 2
                                    

Cuando entró en la habitación, Carrie estaba sentada en la cama, inexpresiva.

- ¿Quieres hablar sobre eso...digo, lo que pasó? – le preguntó. Carrie no se movió.

- No – respondió en un susurro casi imperceptible. No había rudeza ni amenaza en su voz. Había tristeza. Mucha tristeza.

(abandono)

- Oh, bien – respondió ella. No sabía qué hacer. Carrie tenía las manos temblorosas y miraba fijamente algún punto de la cama, cual si pudiera ver allí un reflejo de sus recuerdos de los últimos acontecimientos – ¿Quieres estar sola?

Carrie lanzó un largo suspiro

- No – dijo. En ese momento se le quebró la voz y empezó a sollozar. La pobre niña se llevó las manos al rostro y emitía sonidos lastimeros que angustiaban a Amaia.

Titubeó, pero procedió a sentarse al lado de Carrie y a pasarle el brazo por los hombros. Entonces, la muchacha se abalanzó sobre ella y enterró su cabeza en el hombro de ella. Amaia sentía cómo los puños de Carrie temblaban aferrándose a la hombrera de su camisa, como un náufrago se aferra a una tabla flotante en medio del mar. Varios mechones de su propio pelo quedaron atrapados en las manos de Carrie, pero Amaia no se atrevió a tratar de zafarlo.

(mamá... ¿qué habría hecho mamá? ¿qué hizo mamá cuando...?)

- ¿Qué fue lo que hice? Por el amor de Dios, ¿QUE HICE? - Carrie gritaba en total desconsuelo. Amaia sentía las lágrimas empapando su hombro. No sabía qué decir. Sería ridículo decirle que no pasa nada, que todo estaba bien. Pasaba, sí. Y casi nada estaba bien. 

Se le vino a la cabeza su propia imagen en pleno ataque de histeria, a los 7 u 8 años y su madre sujetando sus brazos (o tratando) intentando calmarla. Sus gritos se habían transformado en llanto, parecido al que ahora escuchaba y su madre... le había acariciado. Nada más, sin hablar. Sólo había acariciado su cabeza y la había abrazado y se recordaba aferrándose de la misma manera a la única figura de afecto en ese mar de desdicha.

Puso entonces una de sus manos en la cabeza de Carrie y la acarició suavemente. Quería hacerle saber que ella estaba ahí, que no importaba lo que había pasado. Quería hacerle saber que era su amiga. Su amiga de verdad ¿Lo entendería? Dudaba que una chica como Carrie supiera lo que era tener una amiga, o al menos, cómo se sentía. Pero ella lo había aprendido. Se le vino a la mente su madre, Giana, Tamara, Michael, Dustin ... sonrió un poco al pensar en Bruno. Amaia lo había aprendido. Había aprendido a amar y a dejarse amar. Había sido difícil, pero lo había hecho y si ella lo había hecho, Carrie también lo haría. 

Now... Hold my Hand, CarrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora