8. Sobrevivir un amor -Offgun Terminada

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Como cada mañana, Off entró en el hotel.

Este se había despedido de Gun y luego había pasado por su casa para cambiarse de ropa.

Rápidamente, el recepcionista fue hacia donde estaba sus compañeras del turno de noche.

—Hola Off, menudo revuelo te has perdido, al parecer un alumno de la excursión de tailandeses se ha perdido.

Poco después este se encontró con su amiga.

—Hey, por favor si te preguntan no cuentes de Gun.

—No, claro que no... tranquilo no voy a decir una sola palabra, no quiero terminar en la cárcel contigo.

—Gracias amiga, eres genial.

El chico ocupó su puesto de trabajo muy sonriente aunque sin perder detalle de todo lo que sucedía a su alrededor.

Unas horas después, vio a acercarse al guardaespaldas con cara de pocos amigos.

—Buenos días señor...puedo ayudarle en algo—preguntó con una fingida sonrisa.

—Emm si...querría saber si has visto a este chico por aquí.—habló Tay mostrándole una fotografía de Gun—…me han dicho que estuviste en la tarde de ayer aquí.

—Si por supuesto, señor—respondió este rápidamente—…él estaba con los demás alumnos del grupo universitario.

—Ah si, ¿seguro qué no habló contigo y que además salió de aquí también contigo?.

Off fingió tranquilidad pero por dentro estaba muerto de miedo.

—Oh si, emm... me preguntó por un local de ambiente en esta calle...emm salimos juntos porque le indiqué el camino pero ya no lo bi más, yo me fui a casa.

Off notó el enfado del escolta.

—Ok, gracias.

De repente, Tay se acercó a otro de los compañeros de turno del recepcionista que se incorporaba a su puesto.

—Oye chico, ¿has visto a este alumno de Tailandia?

—Emm...si ayer estaba con su grupo.

—Si ya...eso ya lo sé...digo si lo has vuelto a ver desde ayer y si se ha ido con alguien.

El compañero de Off lo miró y este le hizo una seña de negación.

—No, señor, no he visto nada.

Tay resopló dando un leve puñetazo al mostrador.

—Está bien, saldré de nuevo en su búsqueda...no puede andar muy lejos.

—Muy bien señor, que tenga suerte—dijo finalmente el recepcionista girándose sin poder contener la risa.

El compañero de este se le acercó frunciendo el ceño.

—Oye, ese es el chico con el que te fuiste ayer, te vi ciando os íbamos, ¿Qué está pasando amigo?

—Gracias por cubrirme, White.

—Estamos en paz, Off, yo te la debía.

Mientras tanto, en el apartamento de Sammy, Gun estaba mirando la televisión sin dejar de pensar en Off y en todo lo sucedido.

Quería hablar con Krist pero se había dejado el móvil en la habitación del hotel, a la cual tenía pensado regresar antes de que su guardaespaldas apareciese.

Estaba asustado pero también harto pues sentía que no podía disfrutar plenamente de su vida y ahora que había encontrado al hombre de su vida, quería vivir ese amor.

Aún quedaban muchos días por delante para que llegase el fin del viaje y deseaba pasarlos junto a Off pues sentía que ese era su destino.

Durante el resto del día, este se entretuvo preparando algo de comer y luego leyó un libro de la pequeña biblioteca de la amiga de Off, aunque eso no era lo que tenía pensado como la mejor diversión.

Al rededor de las ocho, el recepcionista llegó de nuevo y entonces este corrió feliz a su encuentro.

—Oh por fin llegas, pensé que me moriría del aburrimiento.

—Lo sé pequeño y lo lamento pero tengo que acudir al trabajo como si nada aunque te tengo buenas noticias.

—Ah ¿si?...¿Cuales? ...¿Cuales?—preguntó eufórico este mientras dejaba múltiples besos por todo el cuello del recepcionista.

—Cambié mi turno de mañana con Kevin, así que no tendré que ir mañana...podremos hacer lo que quieras.

De repente el más bajo dejó de sonreír.

—¿Has visto a Tay?

Este asintió mientras caminaba hasta el sofá dónde se sentó soltando un suspiró.

—Si...el se acercó a mi en la mañana pero no le dije nada...luego salió a buscarte por la ciudad hasta que alrededor de las siete, ha vuelto al hotel, se ve realmente molesto.

Gun suspiró con pesar.

—¿Han avisado a la policía verdad?,  te meterás en problemas por mi culpa, quizás deba volver ya.

—Hey tranquilo...nadie sabe que estás aquí aparte de Sammy y de mi, ni la poli ni ese tipo podrán encontrarte.

—Tengo miedo Off, no quiero irme—susurró el más bajo subiéndose al regazo del recepcionista.

—Yo voy a protegerte pequeño...tú no te irás de mi lado, te lo prometo—dijo este dándole un tierno y corto beso en los labios y luego sonriéndole—... ya no puedo dejarte ir.

Poco después, Gun se durmió acurrucado en el pecho del mayor mientras que este pensaba en cómo iba a mantener esa promesa.

Finalmente Gun tendría regresar con su grupo a su país, ya que si a la policía se le daba por husmeaba mucho, no estaba seguro de poder ocultarlo por mucho tiempo.

Tan solo sabía que cada minuto que pasaba junto él, su corazón latía con más fuerza pues nunca había sentido eso por nadie en tan poco tiempo, por lo que, tan solo podía significar que el pequeño y hermoso chico, el amor de su vida.