Parte XII | El entrenamiento de Asta

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Esto se remonta a meses atrás, exactamente al tiempo en el que Asta regresó a entrenar en Hage, en un pequeño bosque, donde el joven se volvía más fuerte a cambio de esfuerzo, sudor y lágrimas.

— ¡Dos mil! ¡Dos mil uno! ¡Dos mil dos! ¡Dos mil Tres! Falta poco—El chico estaba haciendo abdominales encima del ramo de un gran árbol, soportando su peso con sus piernas, sudando a montón. —

—De seguir así, solo te romperás los músculos, un simple ser humano no podrá trascender de tal manera, de seguro eres tan tonto como dicen. —Una voz desconocida hizo eco en el lugar de entrenamiento de Asta, el chico se sorprendió y trató de buscar la voz, pero, no logró nada.

— ¿Quién eres?—Pensando— No puedo sentir su Ki.

—Alguien que podría matarte antes de que tú reacciones—Del suelo emergió una sombra extraña, dando forma a un cuerpo humano, un chico con cabellos negros largos, ojos entrecerrados y una sonrisa conservadora.

— ¡Ay!—Asta se sorprendió por la inesperada aparición del hombre, cayendo del árbol de cabeza, enterrándose en un montículo de tierra.

—Muy idiota, no sé porque el rey mago se tomó la molestia de contactarme para venir a verte—El hombre extraño caminó hacía el cráter donde estaba enterrado de cabeza Asta, jalándolo hacia arriba para sacarlo.

—Rey Mago, ¿Quién demonios eres?—Asta reaccionó de manera ágil, apuntando con su espada de dos manos al misterioso hombre.

—Aunque no lo creas, soy un aliado, bueno, más que eso—El chico señaló con su dedo índice el manto que portaba, el cual tenía el diseño de los toros negros.

—Ese manto, ¿Acaso?—Asta estaba intrigado y boquiabierto, mientras seguía apuntando su espada, él no dejaba de sorprenderse cada vez más.

—Soy Natch, vice-capitán de los Toros Negros, aunque... Sin mérito alguno—El pelinegro desvió la mirada mientras reflejaba su disgusto.

— ¿Vice-Capitán? ¡Genial! No me lo esperaba, ¿En dónde estabas durante este tiempo?—

—No hay tiempo para preguntas, es momento de enseñarte algo que te hará falta para volverte realmente fuerte en poco tiempo. —En el hombro de Natch se materializó un pequeño humanoide, oscuro, realmente era un pequeño demonio el que residía en su hombro. —Él es Gimodero, un demonio con el que hecho un contrato. —

— ¿Un demonio?— Se preguntó Asta, recordando al duro enemigo que se había enfrentado con los elfos, el demonio con magia de palabras.

— ¿Qué piensas de este humano, Gimodero?—Preguntó Natch.

—Parece un inepto—Respondió la pequeña criatura burlona

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—Parece un inepto—Respondió la pequeña criatura burlona.

— ¡Oye!—Reprochó Asta

—Muy bien niño, parece que estas familiarizado con los demonios, lo veo en tú mirada y en tu grimorio, así que para empezar... Preséntame a tu compañero, el demonio de la Antimagia—Natch hablaba con fundamento, al parecer estaba bien informado sobre el estatus y las habilidades del chico.

—Pues es que, realmente no tengo comunicación con él, lo siento—Asta desvió la mirada apenado, mientras rascaba su nuca.

—Parece que esto será más difícil de lo que imaginaba, mi destino siempre ha sido relacionarme con idiotas sin lógica—Natch suspiró decepcionado, a lo que Gimodero preguntó al notar su expresión.

—Oye, ¿Yo también soy un idiota?—El demonio le jaló la oreja a su portador.

—No, no hay manera de que lo seas, eres genial. —Natch apartó a Gimodero de su oreja, empujándolo de su hombro.

—Y bien, tengo muchas preguntas, señor Natch... Pero me interesa algo, ¿Cómo podría volverme más fuerte?—Asta tenía estrellas reflejadas en su mirada, estaba muy impaciente por saber.

—Llevará algo de tiempo pero, tienes que conocer al demonio que ahora forma parte de ti y no morir en el intento, ¿Estás listo para tomar el reto, niño?—Natch se volteó y comenzó a caminar para salir del bosque.

— ¡Definitivamente estoy listo! ¡Salvaré a todos y seré el rey mago!—Asta brincaba de la emoción y del éxtasis del momento, sus fantasías alocadas eran alimentadas cada segundo que pasaba.

— ¿Rey mago? Entonces sígueme, te volveré "Él demonio más fuerte de esta nación", si eres capaz de soportarlo, claro. — Citó Natch con una sonrisa proyectada, para seguir su camino junto a Asta, quien lo seguía con la determinación a millón.

Y así comenzaría el entrenamiento del joven Asta junto al misterioso Vice-Capitán de los toros Negros, Natch.

¿Qué combinación podría nacer de la antimagia de Asta y los empíricos conocimientos del misterioso toro negro? 

Sígueme para estar enterado.


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Black Clover: Guerra de demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora