Parte XVI | Procrastinación de Guerra

143 12 1
                                    

— ¡No! ¡No lo acepto! ¡Nosotros teníamos que ganar! ¡Capitán!— Asta estaba furioso, llorando por la impotencia y la rabia caliente que tenía resguardado en su pecho, trataba de calmarse pero optaba por descargar su furia golpeando las paredes, destrozándolas.

— No pudimos hacer nada. Él fue tomado por el enemigo. — Lamentó Finral.

— Es parte de su plan, a él lo necesitan como sacrificio para cumplir su sueño, la triada necesita a él y al capitán de amanecer dorado. — Complementó Natch, quien al parecer conocía los planes de la triada oscura.

— ¡No me interesa saber más nada! ¡Ya mismo me lanzo a rescatar al capitán! — Asta intentó correr hacía la salida de la base, pero, en un temerario intento sus heridas lo detuvieron, las cicatrices se abrieron y sus huesos rotos le privaban el movimiento, haciendo que él cayera y se retorciera en el suelo.

— ¡Asta! — Se preocupó Finral.

— De seguir así, morirás. — Aseveró Natch.

— ¡No me importa! ¡Iré a recuperar a nuestro capitán y nadie me detendrá!— La antimagia de Asta comenzó a cubrir su cuerpo y sus alas oscuras brotaron, Asta comenzó a volar pero en medio camino cayó al bosque, su cuerpo estaba sufriendo mucho estrés.

— ¡Asta!

— Déjalo chico, sabemos cómo se siente, pero él no llegará muy lejos con sus heridas, lo que podría hacer es acelerar su muerte. — Natch comenzó a caminar hacía el paradero de Asta, donde estaba tratando de continuar su viaje arrastrándose por el suelo con sus heridas manos.

— ¡Nada me detendrá! ¡CAPITÁN!— Asta estaba llorando tristemente, y con la katana del capitán en manos, seguía impulsándose por el bosque.

— Niño, es momento que te detengas. — Natch apareció al frente del chico, obstruyendo su paso.

— ¡Hazte a un lado vice capitán Natch!— Añadió Asta con furia, sin importarle nada.

— No lo hare, tendrás que derrotarme para salir de aquí.

— ¡No me detendré!— En un suspiro de tristeza y determinación, Asta se dejó dominar por la antimagia, y con la katana en manos logró hacer un tajo horizontal que cortó un kilómetro de árboles en el bosque, Natch logró esquivar el ataque por poco, saltando asombrado, pero, se dio cuenta del sufrimiento de su compañero, el movimiento tan forzado de Asta hizo que su columna se retorciera ferozmente, dejándolo estático el suelo forzadamente.

— Este niño es un peligro inminente para los demonios. — Se sorprendió bastante el vice capitán, reconociendo la determinación del chico que no le importaba morir.

— ¡Ribe! ¡Dame más poder! ¡Por favor!— Añadió Asta con mucha impotencia, al no poder moverse más del suelo.

— Lo siento compañero, pero no puedo hacer eso, simplemente en estas condiciones morirás, estamos en jaque. — Respondió fríamente el demonio compañero de Asta.

— ¡No me importa morir! ¡Pero no puedo dejar al capitán Yami en manos de esos bastardos! ¡Sé de lo que son capaces!— Con un último esfuerzo sobrehumano, Asta comenzó a recuperar movilidad, hasta que se vio forzado al detenerse por la imponente magia de sombras de Natch, que lo consumía poco a poco en un abismo.

— Chico, no es conveniente que mueras, si quieres salvar al reino y a tú capitán, debemos esperar un poco más, él aún no morirá. — Añadió Natch mientras miraba a Asta en el suelo, con una mirada fría y oscura, utilizando su combinación mágica con un demonio con características de ave.

— ¿Cómo estás tan seguro?— Preguntó Asta jadeando con la poca energía que le quedaba.

— Su magia tan peculiar lo salvará, la oscuridad nunca abandona a los que siempre hemos vivido en ella, deberías saber eso chico. — Asta seguía siendo arrastrado por la abismal magia de sombra del vice capitán Natch.

— ¿¡Que me estás haciendo!?— Preguntó Asta mientras trataba de librarse de la magia de sombras.

— Te sellaré para que no hagas algo estúpido, aún tenemos dos semanas para prepararnos para el segundo encuentro con la triada. — Esbozó Natch con una fría sonrisa tenebrosa.

— Sabes que podría destruir este sello con mi antimagia cuando la recupere, no entiendo lo que haces. — Repudió Asta al tratar de usar su antimagia.

— No te convendría eso, si escapas, no podré enseñarte algo que necesitas para acabar con la triada y salvar a Yami, ¿Aun así quieres escapar sin volverte más fuerte para salvarlo a él y al reino?— El vice capitán de manera inteligente atrapó a Asta con su magia y palabras de consuelo.

Asta hizo silencio al dejar de jadear para ceder, y contemplar el poco brillo que reflejaba la katana del secuestrado capitán Yami.

— Estaré listo en una semana.

Finalmente, Asta se dejó atrapar por la magia de sombras y fue trasportado a un lugar lúgubre y desconocido. Mientras que Finral llegó al lugar de los hechos.

— ¿Dónde está asta?— Preguntó nervioso Finral, jadeando por el cansancio.

— No te preocupes por él, ya cedió, sin embargo, te encargaré una pequeña tarea chico, encuentra a los demás e informales la situación, y que se pongan a entrenar lo antes posible para dentro de dos semanas, y para los que fueron derrotados, que esta batalla no es un juego.

— ¿Está seguro?

— Así es, apostaremos por ganar en la segunda vuelta. — Natch siguió su camino hacia el bosque, pero, a último momento fue detenido por las palabras de Finral.

— ¿Podremos salvar al capitán Yami de esos demonios, qué les diré a los demás?— Preguntó Finral asustado, tragando saliva mientras trataba de conseguir un consuelo moral.

— Diles que la única manera de hacerlo es romper nuestros límites, puede que suene forzado, pero, es la orden que tengo que dar como vice-capitán de esta orden, ¡Esfuerce! ¡Yami los estará esperando!

En un abrir y cerrar de ojos, Natch desapareció al sonreír con seguridad. Dejando atrás a Finral con un nudo de nervios en la garganta, apretando sus puños y dientes al tratar de sonreír.

— ¡Nos esforzaremos mucho más! — El chico de la magia espacial optó por consolarse al hacer el gesto de honor entre los caballeros mágicos del reino del trébol, la mano postrada horizontalmente en el pecho, mientras sus sentimientos de impotencia y tristeza lo dominaban, liberando lagrimas que conducían al renacimiento de una determinación ardiente que nunca muere, la determinación de salvar a un ser querido.

Black Clover: Guerra de demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora