14. Titeres

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No tengo idea de cuanto tiempo ha pasado, no soy capaz de llevar un registro de tiempo cuando mis horarios de sueño son cortos y no hay nada que delate el paso del tiempo. No he visto la luz del día o de la noche desde que desperté en esta sala, bien podría ser medio día o media noche y yo no lo se.

Puedo hacer un vago calculo, tal ves unas tres o cuatro semanas desde que desperté en este lugar y tal vez sean poco más o poco menos de cinco semanas desde que termino el Vasallaje de los Venticinco. Sea como sea ese poco tiempo lo he sentido como si se tratara de toda una vida.

Ocasionalmente Snow nos proyecta los levantamientos en los distritos, aunque es imposible saber si son cosas recientes o de las cuales han pasado algunas semanas, hasta donde se podrían ser videos de antes de los juegos.  De cualquier forma por lo poco que podemos saber es que al menos la mitad de los distritos se ha unido a los rebeldes y ya han causado cortes de suministros al capitolio. En realidad creo que las cosas siguen pintando mal para la capital de Panem, aunque dudo que pinten demasiado bien para los distritos, si fuera lo contrario Snow no nos estaría tratando como lo hace.

Las torturas, golpes y violaciones solo han ido en aumento para mi y Johanna, Peeta tampoco esta en su mejor estado, sin embargo no le han hecho todo lo que a Johanna y a mi si, aunque se que no se puede comparar la cantidad de torturas pues los tres estamos en un estado que solo seria comprable con pasar más de tres meses en unos juegos del hambre normales. En mi caso, los charlajos se han vuelto la hora más temida, y para Johanna las torturas con electricidad han sido lo peor. Pero la peor tortura de Peeta se la ha llevado su prótesis, la cual debido a los acabados nerviosos le han causado un sin fin de dolor.

Cuando llegan las horas mas temidas los gritos de los tres son tan nítidos que  uno pensaría fácilmente que las paredes no existen. Cada cierto tiempo suben las paredes metálicas dejando solamente el vidrio que nos impide ayudarnos mutuamente, una tortura peor ante la impotencia de hacer algo.

Ver como nos torturan mutuamente es otra de las torturas psicológicas de Snow, quien ha demostrado ser peor de lo que siquiera pensaba.

—¿Fei? ¿Me oyes? —  pregunta la voz de Peeta al otro lado del video lograndome sacar de mis pensamientos.

— Lo siento ¿Qué decías? — pregunto viendo que al parecer Peeta había estado hablando, ver su rostro lleno de moretones y ojeras no me ayuda demasiado.

Ver como sus manos tiemblan y sus ojos ven de un lado para otro no ayudan, puede que Peeta no esté siendo obligado a mantener relacione sexuales forzadas y violentas como Johanna y yo, pero su mente y cuerpo están debilitandose debido a los golpes y los gritos de Johanna y míos, se que el ha logrado escuchar más de la mitad de lo que me han hecho, así como yo puedo escuchar lo que le han hecho a él y a Johanna.

— No creo que le hayan hecho nada a Annie, pero ayer la han obligado a ver como cortaban una parte de mi prótesis — dice el con voz apesumbrada mientras sus manos tiemblan sin parar.

La sola imagen mental me hace temblar pues se que la prótesis de Peeta tiene acabados nerviosos que imitan a la perfección el sentido de tacto en su miembro perdido. Se que una atrocidad como cortar su prótesis le causa el mismo dolor que si se lo hicieran a su inexistente pierna, lo que le hicieron ayer fue doloroso, y que Annie lo tuviera que ver es peor. Pero siendo sinceros  ¿que cosa no ha sido horrible desde que el distrito trece nos abandono en la Arena?

— ¿te desmayaste? — le pregunto a Peeta intentando borrar la imagen de una desquiciada Annie y de un Peeta a medio morir.

— Imagino que si, cuando me di cuenta me habían cambiado la prótesis y todo estaba oscuro —

Entre Sinsajos y SerpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora