17. Colapso

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Me quedo sentada en la camilla evitando a toda costa ver a mis visitantes, siento las miradas de ambos posadas en mi pero tengo miedo al intercambio de preguntas y respuestas que pueda aproximarse. Es distinto a con Haymitch y Effie pues ambos son gente que sabe de lo que es capaz el presidente Snow y saben sobre todo mi pasado a lujo de detalle. Aparte tengo miedo a enfrentar esas miradas que me verán con lastima y preocupación cuando yo soy la preocupada por ambos. Y sobre todo temo escuchar el relato sobre el bombardeo al distrito doce, pues será una muestra más de que no pude proteger mi distrito y de que todo lo que hice hasta hace un año no sirvió para nada.

— Fei, ¿Cómo te sientes? — pregunta Darius con una mezcla de preocupación, tristeza y cuidado. Escuchar su voz solo logra que mi corazón se detenga.

— Creí que todos estaban muertos —digo con un nudo en la garganta que poco a poco se afloja y provoca que me sienta aliviada por que mis palabras son solo un mal pensamiento — Pero lograron salir del distrito, no quería que mi ultimo recuerdo de ustedes fuera las voces de los charlajos. 

Una ligera sonrisa se apodera de mi y entonces volteo a verlos ambos esperanzada a que de igual forma me responderán la sonrisa y me alegraran como siempre lo han hecho, pero en su lugar me topo con unas miradas llenas de tristeza y dolor que no logro entender. Darius voltea a ver a Delly como buscando algo y entonces es mi amiga quien deja soltar  bomba. 

— Solo Darius y yo logramos llegar al trece... Nadie más llego con nosotros—  dice ella solo para al final empezar a llorar con verdadero dolor, Delly siempre alegre y risueña esta llorando como si su vida hubiese terminado y entonces entiendo la verdad de sus palabras. 

Me quedo helada con un dolor increíble incrustándose en el pecho y calando en mi cabeza, no me puedo creer las palabras de Delly pero sus lagrimas solo me confirman lo literal de sus palabras. Sin darme cuenta empiezo a llorar y gritar con un dolor increíble y veo en Darius una infinita tristeza y preocupación al verme en ese estado.

— Dime que fue lo que paso — exijo a nadie en particular cuando los ruidos de mi garganta han cesado y Delly se ha quedado muda con los ojos rojos e hinchados.

— Después de que la arena estalló cortaron las señales y Tread ordenó que nos fuéramos a nuestras casas. No sabíamos que había pasado contigo así que fuimos a tu casa a sacar las cosas que pediste, no podíamos salir hasta que quitaran el toque de queda así que esperamos en el sótano. Entonces escuche el sonido de los camiones y poco después el de aerodeslizadores. Salimos para ver que pasaba y vi como dejaban caer algo, no tarde en darme cuenta que eran bombas. Corrimos a la zapatería pero al parecer la primera bomba iba dirigida a la zona comercial... Cuando llegamos la zapatería ya se estaba incendiando y... no pudimos hacer nada — explica Darius con cautela, al final el se queda mudo como si lo siguiente fuera imposible de describir.

Me quedo ahí intentando imaginar lo que ambos tuvieron que vivir en carne propia. Imagino su miedo, y desesperación y sobre todo imagino lo impotentes que se han de haber sentido al no poder hacer nada por la gente atrapada dentro de sus casas mientras se incendiaban. Sin embargo me imagino a mi pobre Lain, atrapado en su casa en llamas mientras nadie de los que consideró sus hermanos mayores llego a salvarlo. 

— Yo le prometí a Lain que nos volveríamos  a ver... era una mentira. Sabía que jamás volvería a verlo pero se suponía que la que muriera fuera yo — digo con voz apagada mientras me siento apartada al resto de gente, es como si nada existiera más que yo y mi dolor.  — ¡¿Por qué?! ¡¡Se suponía que yo debía morir por el bien de todos!! ¡¡¡Hice todo lo que Snow dijo porque todos estuvieran bien!!! ¡¡¿Entonces por qué?! ¡¡¿POR QUÉ?!!

Mis gritos salen llenos de lagrimas y un odio tan profundo como las minas en el distrito doce se inserta en mi pecho haciéndome desear la muerte de cada maldito ser relacionado a Snow. Nunca he sentido tanto odio como en estos momentos, todos los asesinatos que he cometido siempre fueron bajo términos diferentes pero ahora un deseo de muerte se posa en mi ser, el odio que sentí mientras estaba siendo torturada en las celdas del capitolio parece chiste comparado al de ahora.

Entre Sinsajos y SerpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora