• CAPÍTULO 3

117 18 12
                                    

~ Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran.~
           - André Gide.

~            - André Gide

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Desconocido

Termino de limpiar mis manos en el lavado que está manchado de sangre que se mezcla con el agua que va corriendo, la mañana de hoy estuvo algo interesante para ajustar cuentas con algunos imbéciles que debían dinero y siempre ponían una excusa para no pagar.
Me asquea que la gente ponga excusas innecesarias.

Luego de terminar la tarea de asearme, entro al armario en busca de un traje nuevo para lucir hoy mientras busco el teléfono para realizar dicha conexión que llevo esperando hacer para tener los resultados que quiero con cierto tema que ronda en mi cabeza y no puedo desatender.

Contestan al tercer timbre

— No esperaba tan pronto tu llamada —Dicen al otro lado de la línea.

— ¿Tienes lo qué te pedí? —Pregunto con afán. Odio que hagan demasiado larga la espera.

— Aún no sabemos con exactitud dónde se encuentra, pero apostaría mi sueldo a qué está en el lugar de siempre.

— No seas imbécil, no te pago para qué hagas suposiciones, necesito la puta información para ya. —Contesto furioso.

— Lo tengo en cuenta, pero sabes que nada es así de fácil.

— No me sirve qué no sepan trabajar cómo se debe, con eso me demuestran que no trabajo con gente que tiene los pantalones bien puestos, para la próxima deseo el informe de lo qué pedí, o simplemente tendré que maquinar inocentemente quien morirá primero, sí tú o tu maldito informante —Cuelgo sin más mientras acomodo mi traje.
El no tener dicha información me enerva la sangre, siempre he dicho que el trabajo lo tiene que hacer uno mismo para qué salga tal cómo lo quieres, daré la última oportunidad o tendré que acelerar el juego si quiero buenos resultados.

Necesito despejar la mente, así que busco un poco de droga y preparo todo para dejarme llevar en el viaje donde me encuentro sumergido.

Elettra

El día soleado que me brinda el cielo, hace que haga nota mental sobre sí usar la piscina del hotel mientras me encamino por las calles del municipio italiano en busca de un restaurante que venda pizza, hoy quise dejar de lado la comida del hotel, debo variar el menú sí deseo quedarme aquí más tiempo.

Entro a un restaurante que llamó mi atención y pido una pizza napolitana y una botella de coca cola mientras busco un sitio para sentarme.
Cuándo voy llegando para sentarme el teléfono comienza a vibrar y sin más decido contestar.

— Elettra —Digo, esperando respuesta inmediata.

— Hola tú, te has olvidado de nosotras —Al oír la voz de Mari al otro lado de la línea hace qué me acuerde que Dom y ella necesitaban hablar conmigo.

LA REINA DE NEGRO © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora