Elise le tomó la mano que él le ofrecía y se puso de pie. De pronto todo se empezó a ver borroso, seguido de una sensación de calor que amenazaba con dejarla sin respiración.
Dió dos traspiés antes de sentir que se desvanecía y lo último que escuchó antes de caer en la oscuridad, fue la voz de su hermano que la llamaba preocupado.
Thomas actuó rápidamente y la sostuvo en sus brazos sin saber muy bien qué hacer. Subió la mirada en busca de los duques, esperando que alguien le indicara qué hacer o a dónde llevar a la dama.
La respuesta no tardó en llegar.
-Milord, por favor llevemosla a su habitación. Lawrence haz que llamen al médico de inmediato. -Repartió órdenes Lady Caroline.
Todos se movieron rápidamente y acataron las indicaciones.
La dama camino delante del hombre que llevaba el cuerpo desmayado de su hija, indicándole el camino que debía seguir.
Prontamente llegaron a una habitación finamente decorada con tonos rosas y dorados. Al entrar un suave olor a flores y frutas te saludaba y Thomas rápidamente pensó que olía deliciosamente bien.
Por supuesto debía ser la habitación de la dama, todo por doquier le indicaba que así era. Joyas en la cómoda, vestidos colgados del biombo, flores en una mesita y todo perfectamente combinado.
Depositó a la joven en la cama y se quedó contemplando su cuerpo por un momento, definitivamente era ella.
Su pelirroja.
Que buena había sido la vida con él, que ahora le daba a la mujer que deseaba como esposa. Esto era mil veces mejor de lo que esperaba.
Sus pensamientos habían empezado a tomar otro rumbo cuando un carraspeo de garganta lo trajo de vuelta a la realidad.
Era su futuro cuñado quien lo observaba con desaprobación. Y bueno, nunca se habían llevado bien, suponía que la idea de que se casara con su hermana no le hacía mucha gracia, por no decir que ninguna.
-Milord, agradecemos grandemente que haya socorrido a nuestra Elise, pero debo pedirle respetuosamente que aguardemos afuera mientras llega el médico. Sé que usted es su prometido, pero esta situación es sumamente inapropiada. -Hablo Lawrence tratando de ser lo más cordial posible.
-No hay cuidado. -Respondió el aludido. -¿Qué clase de hombre sería si no tomo en cuenta sus consideraciones?
Salieron de la habitación y regresaron a la salita de té dónde habían estado antes. El médico llegaría en cualquier momento.
***
El médico llegó unos minutos después.La examinó metódicamente, frente a la mirada de las dos duquesas quienes se hallaban en la habitación.
Después de un rato, la dama empezó a volver en sí. Intentó incorporarse con ayuda de sus codos, tratando de hacer memoria de lo que había sucedido. No tardó en notar que se encontraba en su habitación, en compañía del doctor, su madre y... su futura suegra.
Por Dios. Que espectáculo estoy dando. -Pensó la dama dejándose caer nuevamente en el colchón.
-Oh, que bien que has despertado, ¿cómo se siente milady? -Preguntó el doctor dirigiéndose a la dama.
-Algo cansada, ¿qué ha pasado madre? ¿Cómo llegué hasta aquí?
-Te has desmayado en el lobby frente a tus prometidos y frente a los duques, debo reprochar tu comportamiento, estás dando un espectáculo. Te ha traído tu prometido en sus brazos. -Reprochó Lady Caroline.
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Una Libertina Prometida
Ficção HistóricaElise Castilla es, secretamente, todo lo que NO se desea en una "señorita" de buena cuna: es rebelde, coqueta, siempre se sale con la suya, e incluso gusta de veladas nocturnas en lugares a los que se les acusa no están a la altura de las personas d...