Capítulo 1|Limbo de muerte

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Dann sabía que existía la muerte, y estuvo cerca de ella en más de una ocasión, pero nunca supo cómo se sentía, y de hecho sus pensamientos sobre eso se quedaban cortos si hablamos de lo que la muerte era realmente.

«¿Así se siente la muerte? ¿Por qué no es como aquella pintura de Hugo Simbert? ¿Dónde está la luz blanca al final del túnel? ¿Dónde puedo encontrar a mis muertos? ¿Con quién hablo para que me dejen vagar por el mundo?»

Se siente tranquilidad por un breve instante, solo cuando cierras los ojos. Luego comienzas a caer en picada a un lugar tan extraño donde no sientes tu cuerpo o alguna sensación. Es como si hubieses estado sonámbulo: lo vez con claridad pero al segundo comienzas a olvidarlo. No hay nada. Solo el vacío donde ves mucho en poco tiempo, donde escuchas y sientes pero resulta ser un ambiente contaminado de histeria; un vacío que te traga y desgarra con los recuerdos más amargos y que te deja durante un segundo en las cosas buenas de la vida.

Y luego de eso... oscuridad total.

No hay espacio, no hay suelo que pisar o aire que respirar. Se puede sentir como si el cuerpo físico flotara, pero a la misma vez sabes que no tienes un cuerpo y solo eres una forma espiritual. Vuelves a lo que fuiste antes de ser conciencia, luego de la muerte te vuelves nada. Y entonces comprendes la razón de las personas en tenerle miedo a la muerte.

Entonces aquellos susurro lejanos que pedían una y otra vez a Dann comenzaron a ser escuchados. Comenzó a sentirse cada vez más completo; sintió su piel, su cabello, sus heridas y todo aquello que alguna vez fue llamado cuerpo.

Una bola de energía oscura y centro brillante comenzó a acercarse con fuerza, y cuando se estrelló contra la nada le tomó un par de segundos a otra bola de energía hacer lo mismo, pero esta vez iluminó lo que parecía ser un sistema nervioso con un corazón que bombeaba acelerado. Unos segundos más y otra bola de energía se estampó, una más y otra más que mostraron un esqueleto retorciendose en el suelo; otro disparo más y sus músculos cubrieron los huesos en sus extremidades.

La oscuridad ocupó su reinado nuevamente, y bajó toda esa extrañéz los gemidos de dolor y grandes bocanadas de aire hicieron eco mientras aquellos huesos crujían. Aquel cuerpo que ya tenía una consciencia aunque era incapaz de hablar pudo darse cuenta de cómo esas múltiples bolas de energía empezaron a dirigirse a él. Una, dos, tres, diez, quince, incontables fueron aquellos disparos de energía que recibió en tan pocos segundos que el dolor lo obligó a dar un grito fuerte que hizo a su garganta desgarrarse.












TIEMPO DESPUÉS...

En aquel pueblo de Irlanda; donde las grandes praderas verdes pintadas por las flores de diversos colores y la gente que cada vez era más, había una pequeña casa donde aún nadie se había atrevido a vivir, pues era la más apartada y casi en el medio de la nada; el tronco de un árbol se había convertido en parte de una de sus paredes y las plantas incluso ya florecían en ella. Tal vez era fea a comparación de otras, o simplemente era demasiado para alguien común.

Una tarde, los vecinos de aquella zona donde la casa se ubicaba decidieron llamar a la policía debido a su gran desespero, pues una invasión de polillas había cruzado por sus casas; y en lo que parecía una búsqueda llegaban hasta romper los cristales, pensaron que tal vez buscaban un refugio desesperadamente, pero pronto salían huyendo hasta que encontraron aquella última casa.

Estaban allí, amontonadas y mientras más entraban por aquella ventana rota, más aparecían para cubrir cada centímetro de sus paredes. Algunos lo describieron como una escena de terror.

—Arlene, hay que llamar a control de plagas, esto no podemos manejarlo nosotros —dijo uno de los oficiales que atendió esas desesperadas llamadas a su compañero.

Moun [Oscuros #3] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora