Capítulo 12|Ramé

199 26 96
                                    

Dann Muratori. Aquella bestia con alma oscura y pelaje blanco, de mente marchita y una chispa que anhelaba felicidad.

Todas las noches a la hora de regresar de cazar se subía al techo de aquella casa vieja a fumar un cigarrillo o beber un poco de agua, pensando una y otra vez en Rachell.

No sabía qué hacer.

La noche anterior se había dado cuenta de esa marca en el brazo de la chica, quien gracias a Maxim supo que se llamaba Arlene. Las marcas eran algo a lo cual no se le podía faltar al respeto.

Arlene era de Maxim. Y Dann ya no podía interponerse.

A decir verdad, aquella felicidad sólo le duró un par de días. Estaba muy emocionado de tener a Rachell a su lado, y cuando ella le dijo que había la posibilidad de regresar él se imaginó tantas cosas que, cuando supo que Arlene había hecho un trato con Rachell para ser su cuerpo en el mundo humano algo de decepción le llenó el corazón.

Suspiró con profundidad mientras observaba a la luna con aquel aro a su alrededor.

De cualquier forma, Rachell tenía razón... Le dijo que no era algo seguro y no podía estar mucho tiempo con él, Dann se hizo muchas ilusiones solo.

Arlene era de Maxim. Eso le daba dolor de cabeza cada dos minutos cuando lo pensaba, y ese era el mayor problema que tenía. No quería hacer infeliz a su hermano por un capricho suyo.

—¡Mierda! —chilló y lanzó desde su sitio una botella de agua.

Si tan solo tuviera su libro de vuelta tendría la oportunidad de buscar algo que pudiese ayudarlo a solucionar todo eso.

—¿Alguien dijo libro?

Esa voz evidentemente conocida le dio un susto a Dann, pero a la vez también lo enfureció cuando recordó lo que le había hecho a Rachell. Así que cuando miró a su derecha y vio a aquel hombre flacucho en cuclillas a su lado, Dann se lanzó a él.

Ambos cayeron desde el techo de la cabaña al pasto que amortiguó su golpe. Dann tomó a Corydon del cuello con fuerza y empezó a azotar su cabeza contra el suelo mientras el sujeto no demostraba ningún sentimiento o decía algo. Le dio puñetazos hasta ver la sangre brotar de su nariz rota y después lo arrojó hacia la cerca de madera que se despedazó bajo su espalda.

Corydon reía mientras se retorcía, y Dann; enojado con él y sus acciones volvió a tomarlo, esta vez de los pocos cabellos que crecían en su cabeza, lo arrastró hacia atrás de la cabaña. Lo tiró al piso y lo pateó infinidad de veces para después tomar una enorme roca y alzar los brazos, listo para asesinarlo o al menos desquitarse de todo lo que sentía.

—¡Espera, animalito espera! —mencionó aquel tratando de detenerlo.

—¡Cállate! —gritó Dann, lleno de rabia y la adrenalina recorriendo sus venas.

—¡Los Infinitos!

Dann abrió los ojos, estaba impresionado por lo que él le dijo y solo por eso dejó caer su roca a un lado.

—Habla.

Dann entonces colocó uno de sus pies sobre el pecho de aquel individuo, lo aplastó con casi todo su peso hasta verlo retorcerse de dolor.

—Está siguiendo a Moun. Él sabe, el libro negro... —tartamudeó y comenzó a temblar repentinamente, parecía asustado.

—¿Cuál de ellos?

—Cuidado... Él usa a sus creyentes, ellos no son buenos.

—¿Qué es lo que quieren? ¿Qué saben? —interrogó Dann, poniendo más presión.

Moun [Oscuros #3] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora