CAPITULO 7: EL ULTIMO DÍA EN EL EDÉN (PARTE 2) NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO.

98 11 0
                                    


Sobre un colchón desgastado, se encontraba una pareja completamente desnuda, con los cuerpos sudados y con el ambiente completamente cargado de su aroma. –conejito, como que ya que hay que entrar adentro. El albino quien ve su reloj, ve que no hay nada de qué preocuparse. –tranquila amor falta un par de horas, para que se despierten. El peliblanco acerca más a su novia a su lado y empieza a besarla. –calmado Lincoln, no pude dormir casi nada por tu culpa.

El albino estaba al tanto de que eso era verdad, pero él también sabía muy bien como ella, que eso no les importaba. –no te quejaste anoche cuando lo hacíamos. La deportista se puso un poco roja al escuchar eso. –sí y eso fue porque cada vez que yo, hacia un pequeño movimiento, tú te levantabas y en ese momento tú me despertabas a mí. El peliblanco tenía una sonrisa en sus labios. –pero la pasamos bien ¿verdad? La castaña estaba completamente roja, por como hablaba su novio. –lo hicimos como 3 veces conejo pervertido, creo que no pude dormir ni una hora.

Lincoln quien veía a su novia bostezar de cansancio y aun con esas ojeras, le parecía linda. –no entiendo que hechizo lanzaste sobre mí amor, pero cada vez que te veo, me hace pensar que sí que existe el cielo. La castaña, tenía una sonrisa de cansancio en su rostro. –muy bien conejito pervertido te ganaste tu mañanero, pero hagámoslo rápido que si no me equivoco, hoy la familia ira donde la tía Ruth en un día de campo por su cumpleaños, así que ese par de horas se convierte en una hora.

El peliblanco sin perder el tiempo empezó hacerle el amor a su novia, mientras esta se preguntaba de donde sacaba tanta energía para hacerlo.

Los señores Loud se levantaron temprano para preparar todo para el día de campo, pensaron que estarían solos al menos una media hora más, para tener un poco de tiempo para ellos, pero dicho tiempo fue frustrado cuando vieron a sus hijos tomando su desayuno. –buen día niños veo que están emocionados por ir donde la tía Ruth verdad.

Si hay algo en que los dos eran buenos, era ocultar sus emociones y camuflarlas con sencillas pero creíbles excusas, además no tenían fuerzas para ir, ni ganas de ir, así que ya tenían sus coartadas ya preparadas. –no lo creo papá, debo estudiar para un examen importante que tengo mañana, por eso me desperté temprano, para tener todo el día para poder estudiar. Por otro lado una deportista a duras penas podía mantener los ojos abiertos, mientras comía como podía su desayuno.

La Sra. Loud quien noto esto se preocupó por su hija. –cariño está todo bien. La deportista quien no paraba de bostezar respondió con la poca energía que tenía. –no mucho, tuve una noche muy movida, además debo verme con mi equipo a las 11:00am para detallar las ultimas jugas que pondremos frente a nuestros clásicos rivales. Rita intuía que algo andaba mal, no le gustaba lo que había de por medio, para empezar era claro que no era una excusa para que ambos se queden solos, eso quedo claro con lo que vio ese día.

En el caso de Lynn Sr. Era claro que su hijo, suponiendo que tenga un examen, solo estudiaría un par de horas a lo mucho y de ahí se iría con su novia, pero en el caso de su hija se veía muy creíble, capaz duerma un poco más y de ahí se vaya con su equipo. –bueno hijos, solo cuídense por favor, en especial tu Lincoln. La deportista en sus adentros se moría de risa, su padre subió para despertar a sus demás hijas. –hijos no sé si será verdad lo que dicen, pero yo confió en ustedes, aunque saben les diré algo, esa persona especial, si es que en verdad sin especiales, siempre estarán ahí para ustedes, así que no deberían faltar a este tipo de eventos familiares.

Los hijos entendían bien a que se referían. –mamá, yo sé muy bien que es así, pero enserio necesito estudiar, además ella ya sabe que siempre pienso en ella, no hay día en que su delicioso perfume, así como su aroma natural, no ronde mis pensamientos, ni mis sueños. La matriarca estaba más que impresionada. –mi niño está creciendo, muero de ganas de conocer a esa persona especial, que hace retumbar el corazón de mi hijo, aunque ya vimos que es una rubia atractiva, pero por favor sean menos pasionales en la vía pública.

Ella es mía. (Lynncoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora